Princesa Bastarda [Aemond Targaryen]

26

Mentirían si dijeran que Magaelle no grito hasta que sus cuerdas vocales se desgarraron dolor dolor.. Que Aemond no lloro a su hijo jurando venganza.

A ambos les habían destrozado los sentimientos, pues Belaerys, el bebe que no pudo vivir, no tenía culpa alguna de lo que había sucedido, y aún así, habían sido capaces de asesinarle frente a sus narices.

La furia de ambos en conjunto era capaz de acabar con todo rocadragon, de hecho Aemond lo había intentado una noche más llegaron a detenerle a tiempo antes de que pusiese en vuelo a su dragón. Su idea era incinerar hasta los cimientos, comenzando por los alrededores, que no fuesen capaces de escapar del fuego, como si fuesen ratas.

Magaelle en cambio tenía bastante en claro que su venganza se redimía para con una sola personas y que atacar inocentes no sería la solución.
La joven tenía que atacar de forma diferente, debía ir directamente al punto débil de Daemon, y quien mejor que ella conocía a su propio padre.

Con dificultad trago saliva pensando en lo doloroso que era recordar a su bebé. Miro de reojo a su esposo quien se mantenía severo, no solo se lo había arrebatado a ella, sino que estaba segura de que Aemond lo estaba pasando peor aunque poco lo demostrase.
Él tenía que ser fuerte para mantener de pie a su princesa bastarda.

Magaelle observó de forma panorámica a los presentes en aquella reunión del consejo mientras se acomodaba mejor en su silla dispuesta a tomar la palabra.
La venganza comenzaba por quitarle a Daemon toda posición política, le daría golpes de guerra una y otra vez hasta que cayese lentamente en una miserable desgracia antes del golpe final.
Estaba dispuesta a convertirse en un dragón con todas sus letras.

—Debemos contratar mercenarios... Reforzar las defensas de desembarco del rey —Sentencia, la atención de los miembros pasa a ella.

—Estoy de acuerdo con ello —Afirma Otto Hightower —Debemos seguir concertando alianzas —Promulga —Redoblar los empeños.

Magaelle asiente con la cabeza, hace más de Dios lunas que su lugar en la corte ha ido en ascenso, más específicamente desde que asistía a los encuentros de la corona y sus mandatarios junto a su esposo a fin de llevar a cabo sus ideas como conocedora de los asuntos bélicos.

—tenemos el apoyo de Aguasdulces —Afirma Aemond.
Pese a que Belaerys ya no está con vida el arreglo de matrimonio sucedió a Maelor Targaryen para continuar contando con sus estandartes entre las filas de Aegon.

—Aemond y yo podríamos volar hasta Invernalia; nuestro punto más fuerte, y enviar cuervos a Puerto Blanco, Puerto gaviota, Punteamargo e Isla Bella —Propone la joven ante el asentimiento de varios miembros.

—Excelente idea princesa —Agrega Jasper Wylde, consejero de Edictos —No olvide en nido de águilas.

—Enviaré jinetes nocturnos a los asentamientos más cercanos para que los señores y damas rindan vasallaje al rey —Otto vuelve a tomar la palabra.