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—Te llevaste mi dragón —Sentenció en alto valirio, no es capaz de observar a su esposo por lo que se encuentra de espaldas a él observando el reino a través del el ventanal de sus aposentos

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—Te llevaste mi dragón —Sentenció en alto valirio, no es capaz de observar a su esposo por lo que se encuentra de espaldas a él observando el reino a través del el ventanal de sus aposentos. Aemond abre la boca para hablar pero Magaelle le interrumpe antes de que pudiese siquiera emitir un sonido —Y mataste a Lucerys Velaryion con el —Decreta —Mi sangre.
Declaró costosamente, sentía como las palabras se ahogaban en su garganta oprimida por un nudo que era imposible de deshacer.

Pensaba en Rhaenyra, en el mucho daño que aquello le causaría después de haber perdido a su pequeña Visenya, su hermana, en un parto prematuro hacía tan solo siete lunas.
Trago saliva con dificultad.

—Arrax le atacó... Y el no obedeció —Insistió y su joven esposa colapsó ante sus palabras.

— ¡NO OBEDECIÓ POR QUE NO ERAS SU JINETE! —Alza la voz y con un movimiento danzante se gira y camina en su dirección hecha una bola de furia — ¡Y AHORA LUKE ESTA MUERTO!

—Fue un inesperado incidente —Aemond se relame los labios, no sabe muy bien qué debe decir, en realidad nadie le cree totalmente.

—Que mi dragon matase a Lucerys Velaryon no fue inesperado incidente —Escupe con rabia, era la primera vez que el tuerto le veía enojada y no le gustaba en absoluto —Fue tu culpa —Condenó — ¡No tenías permiso de llevarte a Azeroth! —Su tono volvió a elevarse, tenia el estómago revuelto por los nervios.

Y el se sentía realmente afligido, jamás había sido capaz de matar a alguien, y aunque debe admitir que se le pasó por la cabeza varías veces teniendo al pequeño Velaryon en frente, él no quería llegar a tal cosa.
Pero después de todo asumía el cargo que Magaelle mencionaba, primeramente por que no debió haberse llevado un dragón ajeno, era cierto que conocía al dragón de escamas naranjas, que le había montado un par de veces, pero jamás sin su jinete junto a él.
Pero más allá de aquello Aemond había perseguido a Lucerys en medio de la tormenta, había creado una tensión entre los dragones... Había forjado él mismo, inconscientemente, el que Azeroth se comportase de ese modo al perseguir a Lucerys como si fuese una presa.

—No tuve opción —Aemond endereza la espalda.
Si elección de palabras no parece ser la correcta aquel día ya que al instante se arrepiente de lo que acaba de decir.

— ¿Por que? ¿Por qué tu madre te lo dijo?

Magaelle alza una ceja, le mira de forma tan intimidante que Aemond no sabe que responder.
Él sabe que algo se ha roto dentro de la princesa bastarda lo cual le genera un se ti miento de pesadez.
No solo ha declarado la guerra oficialmente, sino que, también ha atentado contra su esposa.

—Lo siento mucho Elle —Fue lo único que pudo decir.

Los ojos de la rubia se aguaron cuando él intentó avanzar, se rodeaba su pequeña anatomía con los brazos cuando el intento tocarle.
Pero ella fue más rápida y rechazó su agarre esquivando su mano.

Princesa Bastarda [Aemond Targaryen] Where stories live. Discover now