20. La alarma.

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Salgo corriendo del Set, estoy desesperada por encontrar a Matt.

Ya luego asumiría las consecuencias de golpear a Fabien.

Veo a Emily en la entrada de la sala de descanso.

—Hola Em, ¿Has visto...

—¿A Matt?—me interrumpe y yo asiento, debo dar pena en este momento—Se fue hace unos minutos.

No puede ser.

Aprovecho la ocasión.

—Vale—suspiro—Emily, disculpa no haberte dicho antes cuanto te agradezco por lo que hiciste ayer—ella sonríe un poco—Ha sido muy lindo de tu parte.

—De nada Mils—entrelaza sus dedos—Fabien me ha pedido que mienta, pero yo no podía hacerte eso a ti, tu eres mi única amiga aquí h sin importar si tienes algo con Matt o no, yo no podría hacer algo que te cause problemas.

La abrazo.

—Gracias Emily, de verdad—se separo y ella me sonrie—Espero saber devolverte el favor.

—Tranquila, no estoy esperando nada a cambio.

Le sonrío, me encanta ver que nadie más aquí es como Fabien.

—Lo sé, pero si necesitas algo, si puedo ayudarte en algo, solo tienes que decirme, ¿Okey?—ella asiente—Tengo que irme.

—Buenas noches Mils.

Me voy corriendo hasta mi motorhome, me quito la peluca blanca dejándola en su lugar y me quito la bata para ponerme mi ropa.

Un sweater de lana, unos jeans holgados y mis converse.

Me amarro el cabello en una coleta, agarro mis cosas y me voy directo al hotel

¿Donde estará este hombre?.

Le marco al teléfono, me cae el contestador enseguida.

Tiene el teléfono apagado.

《Te aviso, la cagaste》

Gracias, no me había dado cuenta.

Subo hasta su piso y lo primero que veo al abrirse las puertas del ascensor es a Paddy.

—Milly, ¿Vienes por la segundo ronda?—bromea.

Y la verdad quisiera reír, pero estoy muy angustiada.

—¿Has visto a Matt?—le preguntó.

El analiza la situación un par de segundos.

—Huelo tensión, ¿Tuvieron una pelea?—me mira preocupado.

—No—suspiro—la verdad no sé.

—Niña—me da un abrazo que ahora mismo agradezco—Lo van a solucionar—se separa y me mira a los ojos—Matt te adora, lo conozco desde hace unos meses, nunca se mete en problemas, siempre esta callado y tranquilo, pero contigo... Lo he visto sonreír, divertirse, arriesgarse, le haces mucho bien Milly, y también veo como tus ojos se derriten cuando lo miras pasar, sé que lo van a solucionar.

Las palabras de Paddy me dan aliento y ánimo.

Creo que tiene razón, esto que nos une es más fuerte que nosotros.

—Gracias Pad.

—Ve por ese hombre, y no te preocupes del ruido que yo no soy Fabien—me guiña el ojo.

Pasa de mi y entra al ascensor.

Saco la llave del bolsillo.

A todos nos dieron 2 llaves de la habitación y Matt tiene una mía y yo una suya.

La Casa Del Dragón | Milly Alcock & Matt SmithWhere stories live. Discover now