La Casa Del Dragón | Milly Alcock & Matt Smith

43. La apuesta (parte 2)

—Anwar... si me importa—lo miro tratando de mediar la situación—Tus sentimientos son completamente válidos, te juro que no tenía ni idea de que tenías este tipo de sentimientos hacia mí, eres mi mejor amigo y lo has sido desde siempre, por eso lamento mucho no poder corresponder a lo que sientes por mi, te prometo que ahora voy a ser mas cuidadosa con eso, no quiero lastimarte, creo que lo mejor es que nos alejemos por un tiempo...

—No—se acerca a mi—Lo mejor seria que reconsideres tus decisiones—me toma de las manos, con su mirada azul suplicante puesta sobre mi—Déjalo por favor, aléjate de ese señor y ven a mi.

Yo niego.

—¿Todo en orden?—Matt habla detrás de Anwar y este cambia su expresión por completo.

—Si mi amor—le respondo a Matt mientras me libero de las manos a Anwar.

—Milly...—Anwar me mira sin poder creérselo.

—Anwar te quiero mucho, lo sabes, pero lo que tengo con Matt no es negociable—suspiro—Vete a casa por favor.

El me mira con dolor, pero lo conozco Anwar no es una mala persona, solo asiente.

—Espero que no te arrepientas Mils—se da media vuelta y se va por donde vino.

No puedo creerlo, ni en mis pensamientos más locos imagine que Anwar sintiera algo por mi.
Nuestra amistad siempre fue linda y sana, fue más hermandad que amistad.

No podría tener nada con él.

Y ahora que he probado a Matt, ningún otro hombre me interesa, ninguno me parece lo suficientemente bueno, solo él.

Ya no pienso dejar a Matt bajo ningún concepto.

Matt me mira, y sin decir nada solo me abraza.

Rodea mi cuerpo con sus brazos y me besa la frente.

Me acaricia el cabello con ternura, me parece increíble como me hace sentir mejor sin decir absolutamente nada.

—Gracias por no dudar de lo que tenemos—me mira a los ojos.

—No tengo dudas Matt, eres la persona que quiero para mi.

Me besa e intento olvidar todo lo sucedido con Anwar, sé que pronto se le va a pasar

...

Me despierto y Matt no está a mi lado.

《¿Donde esta?》

Me siento en la cama buscándolo con la mirada, hasta que lo encuentro, esta en el balcón, esta en ropa interior fumando, el sol de la mañana se refleja en su piel blanca y en su cabello castaño.

《¿Como alguien puede verse tan bien en las mañanas?》

Me levanto de la cama estoy desnuda, así que me cubro con las sábanas y me dirijo hacia el.

—¿Se cayó de la cama señor?—le hablo desde la puerta del balcón.

El me mira con una sonrisa hermosa.

—Tengo Jet lag—se le nota el cansancio en los ojos—No me acostumbro a este horario.

—Mi pobre hombre—me acerco a él para abrazarlo y besarlo, junto mis labios con los suyos unos segundos, pone sus manos en mi cintura por encima de la sabana—Hoy en la noche te voy a poner a dormir como un bebe—le sonrío.

El niega.

—¿Así como anoche?—se ríe y me sonrojo—Tuve que cargarte hasta la cama y mi mano tuvo que terminar el trabajo por ti, porque te quedaste dormida.