La Casa Del Dragón | Milly Alcock & Matt Smith

65. París (parte 2)

Aterrizamos en el Aeropuerto Internacional Orly de París.

Matt ayuda al señor del uber a subir el equipaje al auto.

El vuelo ha sido corto, y el clima esta precioso, inicia la primavera en París y todo parece florecer.

Matt me toma de la mano en el asiento de auto, mientras conversa animadamente en frances con el conductor, yo solo puedo deleitarme con la voz de Matt y con la vista de la ciudad desde la ventanilla del coche.

Los arboles tienen hojas verdes y flores rosadas, el cielo esta despejado, todo es precioso, me encanta estar aquí.

Adoro volver a estar aqui con Matt, vine hace unos meses con Paddy y mi familia y fuimos a Disney, pero honestamente no es lo mismo que estar con él.

Es nuestro lugar.

Siento que si no hubiera aceptado su invitación a Paris, nos hubiese tomado mas tiempo llegar a donde estamos hoy.

Lo miro, está tan concentrado hablando, viste con una camisa blanca de algodon y unos jeans, no entiendo como puede verse tan guapo, esta usando la ropa que cualquier hombre común usaría, pero no se ve como alguien ordinario, se ve sensacional.

Supongo que así es cuando eres guapo, le das vida a todo.

—Choco Krispies mira—Matt me señala El arco del triunfo, que a penas se ve por la calle que estamos pasando.

Wow, París es aun mas hermoso en primavera.

—Que lindo—lo miro y luego a él.

Matt me sonríe y me da un beso aprovechando la cercanía.

—Cielo, ya casi estamos llegando—me avisa.

Y asi es, en un par de calles el uber nos deja frente al Hotel Ritz.

El mismo que nos hospedó la primera vez.
Y tal como la primera vez Matt parece tener todo bajo control.

Sacamos el equipaje y despues de registrarnos en el hotel, subimos en el ascensor.

—Pedí una sola habitación, espero que no te importe—Matt me dice lo mismo que la primera vez bromeando.

—No me importa en lo absoluto—me acerco a él hasta quedar a centimetros de él—Igual no vinimos aqui a dormir.

El se ríe.

—Te amo mujer—me da un beso que no soy capaz de seguir tanto como quisiera pues el ascensor ha abierto sus puertas.

—Lo sé —me doy media vuelta—Y yo también te amo—salgo camino a la habitación.

Esta vez Matt ha pedido una suite.

El lugar es fenomenal, nos espera una bandeja con bocadillos y Champán, una cama enorme llena de petalos de rosas y toallas dobladas en forma de cisnes.

Además hay un precioso jacuzzi que tiene una hermosa vista de la ciudad.

Se me ocurren tantas cosas para hacer aqui mismo.

—Todo esta hermoso—le hablo a Matt y el sonrie satisfecho por mi reacción.

—Tu estas hermosa—se acerca a mi.

¿Hermosa? Pff.

—El unico hermoso aqui eres tu—le rodeo el cuello cuando esta frente a mi.

Niega, pero se ha sonrojado.

—¿Que quieres hacer hoy?—me pregunta con una media sonrisa.

—¿Que?... Pensé que tenías todo planeado—el se ríe.