30. El hospital (parte 2)

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Matt Pov:

—Señor—me tocan el brazo y me despierto un poco desorientado, esta puta medicina me pone somnoliento y tonto—Señor la cama es solo para los pacientes, ella no puede dormir allí, ya casi llega el doctor y si los ve los va a regañar.

Miro a la enfermera, esta un poco enojada.

—Dame un segundo, ya la despierto—le digo bajito pues Milly sigue dormida. 

Por la espalda he tenido que dormir con el espaldar de la cama un poco elevado, casi sentado, y Milly me genera tanta ternura, es tan pequeña, esta dormida al lado de mis piernas, su cara esta al lado de mi cadera, no se en que momento me dormí, pero verla ahí a mi lado me hace sentir tan agradecido de tenerla.

Se aferra a una de mis piernas con su brazo.

No quiero despertarla.

Debería haberse ido al hotel a descansar, pero no se movió en toda la noche de mi lado.

¿Como se le pudo ocurrir que voy a dejarla? Si no iba a hacerlo antes mucho menos ahora que la veo a mi lado hecha un ovillo, renunciando a su propia comodidad por estar conmigo, por acompañarme.

Esta es la mujer de mi vida.

La enfermera me mira con mala cara.

No entiendo porque hacen tanto alboroto de todo esto, hay suficiente espacio en la cama para los dos.

—Milly, cariño despierta—le acaricio el cabello, ella se mueve un poco.

—¿Qué pasa amor? ¿Te duele algo?—me mira con los ojitos entrecerrados su voz suena adormilada.

—No me duele nada, solo tienes que levantarte, ya viene el doctor y la enfermera está aquí—Milly mira a la enfermera y le sonríe apenada.

—Lo siento—se levanta de la cama con cuidado y se sienta en la silla al lado de mi cama.

La enfermera sigue con lo suyo, me toma la presión, y anota todo en la hoja del paciente, me quita las vendas del cuello con cuidado y limpia las heridas antes de ponerme vendas nuevas, Milly mira todo con atención.

—Listo, el doctor vendrá en unos minutos—deja la carpeta con la información colgada en el borde de la cama.

La enfermera se va y Milly se levanta de la silla y se acerca un poco.

—¿Como te sientes?—me pregunta preocupada.

—Bien, por que tu estas aquí—la veo sonrojarse.

—¿Te ha dolido cuando te limpiaron las heridas?.

—Solo ardió, un poco, bastante soportable.

Ella asiente y me acaricia el cabello, mientras me mira con esos ojos azules.

—Tienes que recuperarte pronto—me pide.

—Lo haré.

La puerta se abre y entra el doctor.

—Buenos días, ¿como se siente su alteza?—entra riendo, y yo le devuelvo la sonrisa.

—Bastante mejor gracias a usted.

—Me alegra—ahora centra su mirada y atención en Milly—No puedo creer que este atendiendo a uno de mis actores favoritos—le dice y ella sonríe.

—Entiendo el sentimiento—responde Mils con una sonrisa.

—¿Qué parentesco tienes con el?.

—Soy su compañera de trabajo—sonríe.

La Casa Del Dragón | Milly Alcock & Matt SmithWhere stories live. Discover now