62. El regalo de cumpleaños.

1.3K 126 156
                                    

—Nunca me dijiste que querías de regalo de cumpleaños—Matt me habla al oído mientras se mueve detras de mi, tiene sus manos en mis caderas mientras que yo me muevo al ritmo que él.

No se ha despegado de mi el resto de la noche y la verdad es que tampoco quiero que lo haga.

Es mi día y todo lo que quiero es estar con el.

Me giro en sus brazos para mirarlo a la cara,   tiene el cabello ligeramente humedo por el sudor y algunas gotas corren por su frente, tiene las mejillas sonrojadas y la camisa blanca pegada a la piel, el olor a alcohol sale de su cuerpo con cada respiración, lo rodeo con mis brazos alrededor de su cuello.

Todo esto me recuerda un poco a nuestra noche de fiesta en París, solo que esta vez si estoy en la libertad de besarlo y tocarlo a mi antojo.

Me divierte pensar lo mucho que ha cambiado nuestra situación desde ese dia, pero sin dudas la quimica y la atracción sigue intacta, e incluso mejor que antes.

—Tu eres el regalo de cumpleaños perfecto, eres todo lo que una mujer podria desear y más—le respondo hablando por encima de la musica, Matt baja sus manos a mi trasero atrayendome mas hacia él—Tu eres todo lo que quiero y necesito.

El sonríe y se muerde el labio inferior.

—¿O sea que no quieres el regalo que te compré? Conmigo basta y sobra ¿no?—me detengo de bailar al oírlo.

—¿Me compraste un regalo?—el asiente, le había dejado claro hace par de días atras que no quería regalos, pero es obvio que Matt no lo dejaría pasar.

—Si no lo quieres lo devuelvo—levanta los hombros restandole importancia.

—Sabes que siempre voy a querer todo lo que tu me des, gracias amor—le doy un beso de agradecimiento que no tarda en intensificarse por culpa de Matt.

Pone su mano en mi nuca mientras la otra sigue en mi trasero, y con su lengua explora mi boca, hasta dejarme sin aire.

—Matt—gimo bajito su nombre cuando por fin me suelta y veo esa cara.

Dios esa cara.

Matt cuando esta alcoholizado es un ser de puro fuego, es como si tuviera otra personalidad.

Solo he visto esa mirada un par de veces y al dia siguiente casi no podia caminar.

—No me mires asi—le pido desviando la mirada, es que es tan intensa que ni yo la puedo tolerar.

El se ríe, pero no es su risa habitual, es esa risa grave y sexy que me pone a sus pies.

—No estoy haciendo nada—levanta las manos en señal de inocencia, pero ya nos conocemos muy bien.

—No mientas, te conozco—lo acuso—Ya sé lo que esta pasando por esa mentecita tuya.

—No se de que me hablas...—me mira el cuello—Amor tienes algo ahí.

—¿Que cosa?—intento mirar.

—Quedate tranquila—yo obedezco, ladeo mi cabeza y el se acerca y me besa el cuello dandome escalofríos—No puede ser que siempre caigas amor—se rie antes de besarme de nuevo.

¿Es en serio? No puedo seguir cayendo en esto. Odio que Matt sea tan buen actor.

Mas que enojarme, esto me sigue trayendo recuerdos de París.

—¿Estas coqueteando conmigo?—lo miro—Porque te advierto que necesitaras mas que eso para llamar mi atención.

—No estoy coqueteando—sonríe—Si yo coqueteara contigo no podrías soportarlo.

La Casa Del Dragón | Milly Alcock & Matt SmithWhere stories live. Discover now