Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
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El timbre sonó con fuerza por todo el edificio. Sus compañeros habían comenzado a recoger sus pertenencias antes de tiempo y todos salían ya relajados de las clases manteniendo conversaciones sobre qué harían ese fin de semana. Conversaciones que no lo incluían a él, que nunca lo harían.
JungKook miró su trabajo. El lienzo que había sido blanco puro, ahora tenía matices de rosados, lilas y azules brillantes. Le encantaba esa composición de colores. El hermoso bosque de ensueño se formaba ante sus ojos y lo adoraba.
Tomando sus pertenencias pensó que debería haber logrado aunque fuera un solo amigo ya a esas alturas de curso. Tres meses estudiando en esa academia de arte debería haber servido para abrirse al mundo. Qué ridículo fue pensar aquello para él. No podía abrirse al mundo por mucho que lo intentara.
Saliendo del edificio se colocó sus auriculares, la música que necesitaba escuchar y aligeraba su alma comenzó a reproducirse en el instante en que una mano picó sus costillas. Se giró, viendo el cuerpo delgado pero musculoso ante él, la estatura ligeramente más baja que la suya y el cabello negro y rizado al igual que el propio. El broche de un dorado llamativo y con la forma de una flor de trigo en su pecho.
-YeonJunnie. -Sonrió diciendo el nombre de su hermano pequeño, el cual, lo abrazó con fuerza cuando estuvo seguro de que lo había reconocido. -¿Qué haces aquí? -Preguntó al retirar sus auriculares y guardarlos en su mochila.
-He venido a recogerte. -JungKook hizo una mueca al escuchar a su menor.
-Yo soy el hermano mayor, se supone que yo debo ir a recogerte a ti del instituto. -YeonJun le sacó la lengua y JungKook supo que lo había hecho porque había estudiando que eso rosado y viscoso en su boca era eso; una lengua.
-Hyung me ha pedido que venga por ti para que vayamos al bar. -Informó tomando el codo de su mayor para hacerlo andar.
-No me apetece ir al bar YeonJun. -Replicó abatido, odiaba estar rodeado de gente.
-Vamos. -Murmuró haciendo puchero, JungKook lo supo por su tono de voz. -Podemos estar allí un rato y después cenamos los tres juntos. -Pidió moviendo el brazo tatuado de JungKook con fuerza y energía adolescente. -Desde que se enlazó con Jackson lo echo mucho de menos.
-Yo también. -Aceptó y confesó. JaeBum siempre había sido un hermano muy cercano, protector y presente en sus vidas. Ahora, aún si seguía siendo igual, no vivía en la casa familiar Jeon y ese pequeño distanciamiento afectaba sobre todo a sus hermanos menores. -Está bien, vayamos. -Aceptó rodeando los hombros del menor. -Pero tengo que irme pronto a casa, mañana he quedado con SooBin.
-¡Vale! -Celebró el menor buscando abrazar más a su mayor.
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