Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.
La mañana siguiente fue un desenfreno de situaciones sobrecogedoras. Cuando despertaron tenían mensajes y llamadas perdidas de demasiadas personas. Los tres respondieron con escuetos: ya vamos de regreso a Seúl.
Los mellizos, hermanos menores de Jimin, fueron los primeros en llegar a casa de los Park. Mientras Jimin sí podía abrazar y llenar de besos a sus menores, JungKook y TaeHyung debieron mantener las apariencias deseando poder también contenerlos. Vale, BeomGyu y Kai aún no se habían enlazado, ni si quiera habían conocido a sus destinados aún, pero en sus corazones se gritaba que eran ellos. Solo esa risa escandalosa y forma directa de hablar podía ser de BeomGyu, el que ellos consideran el hermano eterno de Jimin.
Y solo esas carcajadas agudas, esa afición por abrazar, esa sonrisa brillante y dulzura emanada por sus poros podían ser de su Kai. Su pequeño angelito en la tierra por y para siempre.
-Si queréis venir con nosotros a Seúl será mejor que hagáis vuestras maletas. -Informó Jimin a sus menores, estos saltaron de alegría.
-Queremos conocer las universidades de allí para postular el próximo año. -Explicó Kai mientras subía las escaleras con la ayuda, innecesaria ciertamente aunque no la negaría, de la mano de JungKook con la suya.
-Pero, ¿cierto que no molestamos? -Preguntó BeomGyu con Jimin aún abrazado a su tronco. -Os acabáis de enlazar y...
-Si eso os preocupada Jimin puede venir a vivir conmigo y vosotros os quedáis en su casa. -Le restó importancia TaeHyung ganándose sonrisas de sus cuñados.
-¿Y Kookie Hyung no irá con vosotros? -Preguntó en cambio Kai, aún aferrado a la mano del Beta.
-Claro que sí. -Respondieron a la vez su Alfa y Beta.
-Primero tendríamos que pasar por mi casa a coger los cosas, pero... -La conversación prosiguió entre los tres más menores. Jimin y TaeHyung se vieron bajo el marco de la puerta del cuarto de los mellizos, presos de comprender lo que no se habían atrevido a procesar ni cuadrar aún.
Habían sido demasiadas emociones juntas en tan pocas horas como para darse cuenta de la realidad.
-¡Park Jimin! -El grito ensordecedor, junto a la puerta de la casa siendo abierta y azotada, hizo al nombrado gritar entre carcajadas y lágrimas de felicidad.
Jimin desapareció escaleras abajo, sus destinados y hermanos detrás. El Omega rubio estaba sobre su padre en el suelo del salón con Rosé llorando a su costado. Ni para TaeHyung ni para Jimin pasó desapercibido que JungKook fuera el primero en acercarse a abrazar a la Omega rubia. El Beta podía recordar ahora a la perfección quien era Rosé. Ahora que había descubierto su rostro tenía claras las imágenes de sus vidas pasadas junto a ella. Así que podía rememorar que fue su mejor amiga en su última vida y la persona que les traicionó en la primera.
