Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
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-¿Tienes que irte? -Preguntó, la grave y ronca voz de TaeHyung, recién despertado.
-Debería. -Murmuró inclinándose sobre Jimin para besar los labios de su Alfa como le había pedido al pellizcar su nariz.
-¿Te preparado algo de comer? No hemos cenado nada. -JungKook negó, su lengua lamiendo sus labios al recordar a Jimin tan descarado y siendo la representación gráfica de lujuria.
-Calentaré el agua de nuevo y me serviré un té de anís y menta antes de irme. -TaeHyung asintió tan exagerado como siempre lo hacía para que su Beta lo notara.
JungKook desenredó a Jimin de su cuerpo, pasándolo hacia TaeHyung, para ponerse en pie y buscar su ropa por el suelo del pequeño apartamento. Fue al baño a lavar su rostro, peinar un poco su cabello y orinar mientras el agua volvía a hervir en la tetera. Al volver al salón/ habitación/cocina se encontró con TaeHyung en calzoncillos y dejando su camiseta puesta sobre un cojín que Jimin abrazó con brazos y piernas.
-Así parece un angelito. -Colocó sus manos en sus caderas. -Hace unas horas parecía hijo del demonio. -Bromeó riendo leve. JungKook sintió de nuevo a su lobo removerse. El aroma del té, que aún no había preparado, lo había alterado. Con un suspiro tembloroso sujetó el bajo de su suéter, sus dedos haciendo nudos y deshaciéndolos con la experiencia de años con esa manía nerviosa.
-¿Qué? -Preguntó repentinamente, sabiendo sin tener claro cómo o porqué TaeHyung lo estaba escrutando con la mirada queriendo decirle algo.
-¿Qué te pasa, JungKook? -El Beta sintió tensarse hasta su mandíbula. -¿Qué está pasando contigo últimamente que no eres el niño adorable que conocimos Jimin y yo hace más de dos meses atrás? -El Beta se sintió culpable, increpado, por esa pregunta. -No puedes ocultarnos que no estás durmiendo, que no te encuentras bien y que algo está ocupando tu mente cada minuto del día.
-Lo siento. -Murmuró tan bajo, casi inaudible.
-¿Por qué exactamente lo sientes? -Se acercó a él, tomando sus manos y entrelazando sus dedos para que dejara de tensarlos de ese modo.
-Por preocuparos. -Respondió aún entre susurros, TaeHyung mordió su labio inferior roto por dentro. Roto porque su pequeño novio estaba pidiendo disculpas por lo que estaba seguro lo era su culpa, ni de nadie. Mas su silencio fue malinterpretado por Jeon. -No soy un Beta completo, tampoco una persona sana, no sé como solucionar algo que no tiene solución...
-Cállate, Kook. -Pidió dolido, dejando caer su frente caer en la contraria. -No nos hagas esto.
Aún si la intención de TaeHyung era buena, queriendo que su Beta de abriera a él y ofrecerle consuelo y una solución a aquello que lo acongojada, no sabía expresarlo correctamente. Alguien como él, que había vivido toda su vida dejando que simplemente las cosas sucedieran, no sabía poner el palabras consuelos y planes.
