Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
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El efecto mariposa es real. Algo tan simple como el aleteo de una mariposa puede contener la razón de demasiados sucesos. Así, del mismo modo, las cosas que suceden lo hacen por algún motivo y a su debido tiempo.
Hay cosas que parecen tardar en llegar, como el perdón o reencontrarse con sus destinados. El perdón de JungKook a JaeBum se estaba tomando su tiempo, había sido dado, pero la relación aún vacilaba y distaba bastante de ser lo que fue. Pero estaban juntos, en casa de sus padres o en el trabajo familiar, sin tensiones, silencios incómodos o alejamientos. El reencuentro con sus destinados desde la infancia y adolescencia pareció una eternidad para Jimin, un error el dejarlos ir para TaeHyung y un sacrificio para JungKook. Pero se dio, cuando debía darse y en el lugar que debía ser.
Hay cosas que parecen llegar demasiado pronto, con experiencias aceleradas, como el enlazarse o el formar una familia. El enlazarse repentino de YeonJun con Wooyoung y el Alfa que conocieron al poco de iniciar la universidad. YeonJun recién llevado dos días allí cuando su Beta enloqueció por un Alfa de cabello rubio y mirada sería penetrante. YeoSang no tardó en mostrar su lado tierno solo con Wooyoung cuando YeonJun los presentó. O el enlace de TaeHyun con BeomGyu cuando llevaban dos semanas de conocerse en aquella cafetería. Solo el trío destinado por excelencia sabe lo que significó esos enlaces para ellos, como sus pequeños habían llegado corriendo en busca del amor que siempre les correspondió.
El embarazo de Jimin fue otra llegada rápida e inesperada. Siendo reales y maduros habían muchas trabas. No estaban casados, no tenían un lugar fijo en el que vivir, JungKook recién había recibido su título, TaeHyung tenía el sueldo de un camarero y Jimin estaba por publicar su último libro. Fue un pequeño caos que resolvieron con largas charlas en las que, siempre, el bienestar de sus cachorros era lo principal.
Ahora, meses después, Jimin había terminado su gira de presentación del libro, el cual había sido un completo existo, y pasaba la mayor parte del día en su apartamento descansando. El apartamento de TaeHyung había sido devuelto al propietario, los gastos de este invertidos en el de Jimin y su esfuerzo, junto a su disposición, le llevó a convertirse en la mano derecha de JaeBum. Al principio se negó, pensando que dejaría en claro que había conseguido ese puesto por ser quien era, pero JungKook se rio literalmente en su cara de él.
"Yo no quiero estar en la cafetería, así que mi parte de ella es tuya. ¿Y quien mejor que mi Alfa trabajador y barista profesional para ser gerente?"
Cierto. Y relajante fue ver que sus compañeros, como Eunwoo o Lisa, se alegraron por él.
El dinero dejó de ser un problema con rapidez. Entre el éxito de Jimin y sus ahorros, el mejorado trabajo de TaeHyung y el nuevo de JungKook; todo parecía ir sobre ruedas. Sin embargo, lo que seguía preocupando al Alfa de familia era el espacio. En el gran y lujoso apartamento de Jimin solo habían dos habitaciones, la principal y la de invitados, y ellos tendrías tres cachorros y de diferentes castas. El salón, aún si era espacioso, contenía demasiado cristal y muebles esquinados. La cocina, muy lujosa, pero no contaba con una mesa para comer decente; desde hacía dos meses que no cabían los tres gracias al vientre de Jimin.
