Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
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-Creía que habías dicho que ya habías desayunado con los Hyungs. -La cara de asco de Kai al ver a su hermano mayor devorar esa rosada con miel y chocolate en polvo encima fue digna de admirar.
-Y yo creía haberte dicho que esto es el almuerzo. -Respondió Jimin dando un largo sorbo a su batido de vainilla.
-Osea, que no vas a comer. -BeomGyu echó el cuarto sobre de azúcar a su zumo de naranja.
-¿Y por qué no lo haría? -Refutó el rubio más mayor. Los mellizos se vieron de reojo, el bullicio de la cafetería donde habían quedado con su hermano mayor era ensordecedor.
-Hyung, ¿estás bien? -Preguntó el otro rubio, Beomgyu asintió apoyándolo.
-Sí, ¿por qué? -Con ansia engulló el último trozo de tostada.
-No es por tu físico, no te vuelvas loco. -Pidió y explicó Beomgyu. -Pero últimamente estás comiendo una barbaridad.
-Otro igual a Tae. -Rodó sus ojos con fastidio. -Es solo la ansiedad, ¿vale?
-¿Otra vez? -Kai recordaba a la perfección esas épocas pasadas de su hermano loco por comer y comer solo cuando su estómago gritaba ante los nervios acumulados. Hubo una ocasión, cuando él tenía seis años y Jimin diez, que tuvieron que ingresarlo en el hospital por la grave indigestión que le provocó comer muchas golosinas con sabores artificiales a frutas. -¿Estás bien?
-¿Es por la situación de Kookie Hyung? -Sus hermanos, y el resto de personas allegadas que aún no podían recordar el pasado, sabían lo juro y suficiente de la razón por la que JungKook había dejado su casa repentinamente. La excusa había sido querer expandir su mente y sentirse más independiente. Pura mentira que Jimin odiaba haber dicho a sus hermanos.
-No. -Negó bebiendo de su batido. -Mi libro será publicado dentro de poco, si todo sale bien...
-Lo hará, como siempre. Interrumpió Kai de forma dulce, Jimin le sonrió enternecido.
-La cosa es que estoy en blanco. -Aplaudió ante su rostro y movió sus dediditos de forma graciosa. -Ya no sueño con cómo conoceré a Tae y Kook, así que ya no tengo ideas para escribir más libros.
-Vamos. -Resopló BeomGyu. -Eres el gran escritor de novelas de amor juvenil de la década. -Halagó sincero y haciendo mayor emocionado el corazón del Omega más mayor. -Algo se te ocurrirá.
Tanto lo deseaba. Jimin ansiaba que, como hace tan solo unos meses, una noche en su cama, mientras trataba de dormir, una escena, una simple frase o una palabra viniera a su mente. Pero ni la música lograba hacerle ver una versión de una historia. Nada cuajaba. Porque por la noche se dormía entre los brazos de sus novios pensando en ellos, las canciones de amor tenían como protagonistas a sus adorados destinados y cualquier cita o escena que quería representar la terminaba viviendo con su Alfa y Beta.
