Cuando la Madre Luna encantó las almas lobunas de los primeros Kim TaeHyung, Park Jimin y Jeon JungKook solo deseó que recibieran el amor que merecían, de que todo el mundo pudiera admirar y valorar tanto su fortaleza y alma como ella lo había podid...
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Los tres de sumergieron en el océano de recuerdos.
Las primeras aguas eran cálidas y apenas cubrían sus pies. Ese reencuentro en la cafetería de los Jeon. El reproche propio de TaeHyung por haberlos dejado ir. La ilusión de Jimin por encontrarlos. El pavor de JungKook por lo mismo. JungKook con su mochila a su espalda, TaeHyung preocupado por él, por si se había perdido, y Jimin defendiéndolo. Un cachorro rubio soñando con tener un destinado que lo amara, un adolescente Alfa jurando ser la protección de su destinado y un bebé Beta llorando porque sus compañeros crueles en infantil le decían que nunca estaría con sus destinados ya que no podría reconocerlos.
El siguiente paso hacia el océano llevó el agua hasta cubrir sus cinturas y provocar el cosquilleo que la diferencia de temperatura, entre el fondo y el agua golpeada por el sol, provocó en sus estómagos. Cachorros corriendo a su alrededor, todos suyos sin serlo directamente; descendencia. Una boda torpe. Un Jimin Beta de cabello negro, un Omega JungKook con ganchitos de colores, un Alfa TaeHyung de cabello azul sosteniendo a un cachorro y callando su llanto con tan solo ronronear en medio de una clase.
El agua comenzó a chocar en pequeñas olas con sus barbillas, sus labios se volvieran salados por el mar y la playa cada vez estaba más irreconocible a la distancia. Amplios pastos de té, caballos rechinando al fondo, un TaeHyung embarazado. JungKook curando sus heridas. Un alto muro que los separaba y unía a la vez.
Les cubrió por completo, siendo cómodo el bucear en la marea que les envolvía. Uniforme policial, uniforme militar, ropa negra cubierta de pintura con dedos infantiles. Miles de personas rodeándolos, escuchando al Beta castaño con aroma a pan. Un encuentro fortuito en el que JungKook estaba en el suelo, TaeHyung le amenazaba con una porra y Jimin trataba de socorrerlo.
El oleaje comenzó a zarandearlos, las aguas cada vez más oscuras a su alrededor y la presión de la falta de oxígeno en sus pulmones. Una pedida de matrimonio junto a dos niños preadolescentes. Un estudio de baile en Daegu. El pequeño apartamento de TaeHyung siendo mucho más nuevo y cubierto su suelo por sus cuerpos desnudos. El gran piso de Jimin recién estrenado, ellos peleando como cachorros para complacer el celo del Omega. Sus choques en la escuela de arte y frente a la academia de baile.
Nadaban hacia el frente, el agua les llevaba hacia atrás. Querían salir a la superficie, pero nunca llegaban a su claridad. Tierra bajo el par tocaba sus rodillas y espaldas mientars giraban. Sus respiraciones siendo bocanadas de agua salada. El vientre abultado de TaeHyung bajo camisas de seda y encaje, gotas de pintura sobre la redondez. Caricias de dedos pequeños repletos de anillos en sus cabellos. Una máquina de escribir. Tinta en sus dedos. Una boda en la que JungKook no estaba incluido, pero a su vez sí lo fue. Una sopa caliente y una manta sobre sus hombros mientras curaban su mano quemada.
Limbo, silencio, ahogados. Todo girando acelerado y multiplicando el dolor físico y emocional.
La pelea en el callejón. El miedo por el intento de ser abusado.
