Pasado.

22 6 3
                                    

Nunca había estado tan distanciado de Jyushimatsu y Todomatsu desde sus días de escuela, pues se había comprometido a estar a su lado. Pero se había fallado a si mismo, Jyushimatsu hace días que no hablaba con él, podía imaginar que él tendría sus razones, también Todomatsu. Cientos de situaciones más importantes podrían estar demandando su atención, por lo que ni siquiera su hermano se cruzaría por su cabeza.
Ichimatsu suspiro y mandó a la mierda sus pensamientos cuando al hombre que esperaba llegó a su mesa, tomando asiento frente a él en el café citado.
Matsuzo sonrió cuando sus miradas se cruzaron y junto sus manos sobre la mesa.

—¿Cómo has estado? —preguntó, genuinamente preocupado.

—Normal. ¿Tú? —respondió por cortesía.

—Normal.

Pronto, llegó la mesera a tomar su orden, ambos pidieron un café amargo.

—¿Por qué querías verme? —preguntó Ichi cuando la chica se fue.

—Quería hablar con los tres, pero fuiste el único que respondió mis llamadas —dijo hurgando en una bolsa que llevaba, hasta sacar un sobre beige. Lo abrió y sacó un montón de fotos—. ¿Alguna vez les hable sobre su madre?

Preguntó mientras Ichimatsu observaba las fotos, una mujer aparecía en cada una de ellas. Las fotos mostraban a quien reconoció como su madre, pero con personas que desconocía. Pronto la mesera trajo su orden.

—No, no sobrio —respondió sin alzar su mirada.

—La conocí de jóven, ella estudiaba y yo trabajaba. Nos enamoramos y escapamos para formar una familia juntos, aunque no terminó bien —explicó sonriendo recordando el pasado, al final bajo la mirada, avergonzado.

—¿Escapaban de qué? —preguntó confundido.

—De su familia —contestó alzando su mirada, adoptando una postura seria—. Su antiguo nombre era Tougou Matsuyo.

Sus palabras le cayeron como un bote de agua fría, se congeló un largo minuto antes de analizar lo que había escuchado. Ichimatsu alzó su mirada confundida y conectó con la de su padre, quien se lo confirmaba sin una pizca de duda en sus ojos.

—¿Tougou? ¿Cómo...?

—Como tus hermanos, sí —asintió dando un sorbo de su café antes de hablar—. Matsuyo venía de una familia rica. Escuela privada, ropa de calidad, siervos a sus pies; nada le faltaba, sus padres se aseguraban de que no tuviera nada de lo que quejarse. Mientras preparaban a su hermano para que heredará el negocio familiar, a ella la preparaban para que fuera una jóven perfecta para contraer matrimonio con alguno de sus amigos en forma de alianza. Ella no quería eso, así que escapamos juntos lejos de nuestros hogares, y rogamos que jamás nos volviéramos a encontrar con ese apellido maldito —explicó mirando por la ventana, transfiriendo su mente al pasado.

Su hijo guardó silencio, escuchando atentamente sus palabras.

—Su mellizo era a quién más miedo teníamos. Fue la primera persona que le contó sobre nosotros y nuestro plan, él se negó rotundamente y nos maldijo; dijo "Su vida juntos no será más que una miseria" —citó mostrando una expresión de dolor y miedo.

—¿Por qué? —no pudo evitar preguntar.

Matsuzo tomó aire y regresó su mirada a él.

—Estaba enamorado de Matsuyo —respondió observando cómo se le iba el color a la cara de Ichimatsu—. La amaba,  intentó tanto mantenerla a su lado, pero al final nos fuimos juntos. Después de ese día no volvimos a verlo, tampoco escuché nada más acerca de los Tougou. No volví a pensar en ello y me hundí en las deudas con la gente incorrecta, de alguna forma encontraron a Osomatsu, Choromatsu y Karamatsu y me amenazaron con asesinarlos; en ese momento entré en pánico, no sabía a qué o a quién recurrir —relató con un hilo de voz, recordando ese momento—. Ese día él me contactó. Sabía que Matsuyo había muerto y que yo había dejado a tres de nuestros hijos en un lugar de acogida para niños. A cambio de salvarlos quería que se los entregará. "Será como si Matsuyo y yo hubiéramos tenido nuestros propios hijos" fué lo que dijo.

Hitsuyō - Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora