Sangre

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[ Advertencia: Mención de tortura, sangre y muerte. Favor de leer con discreción. ]

Un muerto. Todomatsu tenía apariencia de un muerto, pues sus ojos perdidos parecían no reaccionar ante ningún estimulo, y hacía oídos sordos ante los llamados de sus hermanos. En su cabeza solo rondaba la débil voz que escuchó de su novio, su corta respiración y sus súplicas invadian sus pensamientos. Con la idea de que podría haberle sucedido algo, era difícil respirar, pues los remordimientos empezaban a surgir y su pecho se oprimía con cada "hubiera" que surcaba su mente.
Sentía que el mundo se le venía encima. De pronto, notó su cuerpo tembloroso y volvió a recordar sus brazos que lo reconfortan, su voz que lo calma y su mirada suave que le hacía sentir el amor en su más pura expresión.

El coche no terminó de estacionarse cuando salió disparado a la puerta de su hogar, tuvo el impulso de buscar sus llaves en su bolsillo pero cuando vió la puerta abierta se detuvo, y entonces tomó un aire más sombrío. Abrió la puerta con delicadeza y se adentró.
La mano de Karamatsu lo detuvo de dar un paso más, pero no pudo evitar que Todomatsu fuera testigo de la escena.

—Todomatsu, iré yo...

El menor pegó un grito y se soltó de un jalón del agarre de su hermano, cayendo de rodillas mientras desgarraba su garganta con su voz.

Jimmy yacía en el suelo sobre un charco de su sangre, cuchillos atravesaban sus manos extendidos a los lados, mientras que sus pies reposaban uno sobre el otro y con un solo cuchillo clavando en el suelo. En su frente había piel desgarrada, como un intento de dibujar espinas en ella. Finalmente en su rostro había una expresión de dolor, las marcas de las lágrimas secas en sus mejillas dejaban claro que su muerte había sido lenta y dolorosa.

Ichimatsu sintió un fuerte escalofrío cuando escuchó a su hermano gritar y de inmediato corrió para entrar en la casa. Pero se detuvo cuando observó a Karamatsu sacar a la fuerza a Todomatsu.

—¡NO! ¡JIMMY! —gritaba entre lágrimas.

—No entren —ordenó Karamatsu dirigiendo una mirada oscura a Ichimatsu.

—¿Qué sucedió? —preguntó Choromatsu, sujetando a Osomatsu desde el carro.

—Llevate a Osomatsu de aquí —mandó sujetando con fuerza a su hermano.

—Fue él ¿verdad? —preguntó Osomatsu, frío. Karamatsu asintió.

—Imposible —exclamó Jyushimatsu—. Lo capturamos.

—No es momento de discutir —interrumpió Choromatsu—. Sube al auto Jyushimatsu, llevanos de regreso.

Choromatsu miró a Ichi, pero él negó con la cabeza.

—Me quedaré con Todomatsu.

—Hablaremos luego, entonces.

[ . . . ]

Había mucho ajetreo en el departamento de policía, y más por el reciente caso, un homicidio con evidente tortura.
El caso provocó mucha conmoción en los medios y en toda la comunidad de Akatsuka. El inspector Ishikawa estaba devastado, sentía una terrible pesadez al saber la forma tan despiadada e inhumana en la que falleció, mejor dicho, en la que lo asesinaron. Agregando el hecho de haber sido apartado del caso, el rumbo de su vida fue sacudido de una manera en la que no sabía si algun día volvería a orientarse. Jimmy fue la luz que iluminó su vida, más que un sobrino era un hijo para él y su partida definitivamente había dejado un hueco, negro y vacío que nunca volvería a llenarse.
Deprimirse no era un comportamiento característico en él, pues su respuesta ante los problemas era una búsqueda inmediata de soluciones. Y en esta ocasión no sería la excepción.

Hitsuyō - Osomatsu-sanWhere stories live. Discover now