Cap. 16

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Nadie reacciona en un primer momento

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Nadie reacciona en un primer momento. Como si la escena fuera ajena a nosotros, vemos a Samir golpear una y otra vez sin piedad el rostro de Julen. En un primer momento no le había reconocido, pero luego me dí cuenta de que se trataba de ese imbécil. Después de cómo me habló el día que defendí a Miren en clase, no había vuelto a tener ningún encontronazo con él, pero si Samir ha ido a por él de esa manera, es que sabe que es uno de los que aparece en el vídeo.

—¿A cuántas chicas obligáis a hacer esas mierdas, Julen? ¿A cuantas? —grita mientras le zarandea.

Julen tiene el rostro ensangrentado y apenas es capaz de articular palabra. Creo que ya ha recibido suficiente y si a Samir se le va de las manos, será un problema para él.

—Voy a pararle.

Mei me sujeta del brazo.

—Realmente Julen se merece esa paliza.

Entonces entiendo. No es que los demás hayan tardado en darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, es que lo estaban permitiendo.

—No voy a dejar que se meta en un lío por esto.

Me acerco hasta él y noto las miradas de todos los que permanecen a su alrededor. Samir le tiene cogido por el cuello y su mano derecha, cerrada en puño, espera en alto, preparada para asestar un nuevo golpe. Cuando le sujeto del brazo, se gira a la defensiva, dispuesto a atacar a quien haga falta. Hasta que se da cuenta de que soy yo. Me mira confuso, como si estuviera fuera de lugar, como si no entendiera qué pinto en esa escena.

—Basta Samir. Es suficiente —digo en tono calmado.

—Se merece que le mate —protesta, negándose a dar su brazo a torcer.

—Si él ha tenido algo que ver, pagará por ello. Suéltale. No te busques problemas.

Finalmente afloja su agarre y aunque veo aún la duda en su rostro, se pone de pie y se va de la lonja. Miro a Julen, que tiembla de forma incontrolada y no me extrañaría que se hubiera meado encima. El ojo derecho se le está empezando a hinchar y tiene un corte en la ceja que quizás necesite puntos. Aunque no parece que tenga rota la nariz, está sangrando como un cerdo, sin embargo, está tan asustado que ni siquiera intenta limpiarse.

Me acerco a él, lo suficiente como para que nadie más me oiga.

—Mañana, cuando la policía vaya a preguntarte por ese vídeo de mierda, y te vean con la cara convertida en un cuadro abstracto, ni se te ocurra involucrar a Samir. Tuviste una pelea con alguien de fuera. Nada más. Si hablas, la próxima vez, no me preocupare de quitártelo de encima.

Ni siquiera se atreve a responderme. Hago un gesto a Mei para que sepa que me voy y salgo corriendo, con intención de alcanzar a Samir.

Tomo la dirección que lleva hacia nuestro edificio, pensando que su idea será regresar a casa, pero no le veo. ¿Dónde se ha metido? Ahora que la situación ha pasado, comienzo a ponerme nerviosa, sobre todo por la amenaza que le he soltado a Julen. ¿Desde cuándo soy así? He sonado como una puñetera mafiosa.

El diablo se comerá tu almaWhere stories live. Discover now