Cap. 58

801 95 21
                                    

Sé que lo que acabo de decir es una locura, sin embargo, no se me ocurre otra forma de desviar la atención para que dejen de hacer daño a Samir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sé que lo que acabo de decir es una locura, sin embargo, no se me ocurre otra forma de desviar la atención para que dejen de hacer daño a Samir.

—Eres consciente de que en realidad estás en una posición de desventaja y ahora mismo ya puedo hacer lo que quiera contigo, ¿no?

Eso es cierto, aunque aún hay algo que puedo ofrecerle. Mi voluntad.

—Es verdad. Puedes torturarme, violarme o cortarme en cachitos si te apetece. Pero todo eso lo estarás haciendo por la fuerza. Si quieres besarme, lo harás, sin embargo yo puedo nergarme a seguirte el juego. Te estoy diciendo, que si dejas a Samir en paz, responderé a tus demandas.

Entrecierra los ojos ligeramente y sé que lo está valorando.

—¿Estás dispuesta a corresponderme? Sabes que aun así, después te mataré igual.

—Eso ya lo veremos —le reto, con una seguridad que no me creo ni yo.

Debo resultar bastante convincente, pues se acerca a mí y se apoya en el borde de la mesa. Alarga la mano y levanta mi barbilla para que le mire a los ojos. Hay un brillo extraño en sus ojos y por su expresión diría que está complacido con mi actitud. Cuando se acerca con intención de besarme, mis ojos se desvían durante un segundo hacia Miren, que permanece inmóvil, apoyada junto a la ventana. ¿De verdad va a dejar que lo haga?

Andoni presiona sus labios contra los míos y se queda esperando, como si creyera que de un momento a otro le voy a rechazar, por eso, cuando atrapo su labio inferior con los míos, se separa de golpe y me mira. Esboza una sonrisa de satisfacción y se lanza a besarme de nuevo, esta vez sin ningún tipo de contención. Mi instinto pide que me aparte, sin embargo sé que tengo que seguirle la corriente o al menos intentarlo. Devora mi boca y su lengua busca la mía con una avidez que me sorprende. Siempre le he tenido por un psicópata incapaz de sentir lo más mínimo pero ahora no parece ser así. Quizás la excitación ante su nueva víctima está llevando sus sentidos al límite y le hace disfrutar de algo que de otra forma le resultaría indiferente. ¿Habrá besado alguna vez así a Miren? Si ella siente algo por él, lo más mínimo, estará sufriendo lo indecible viéndonos de esta manera, más aún ante la indiferencia de Andoni que parece haberse olvidado de ella.

Noto sus manos calientes deslizarse por mi cuello, una hacia mi nuca, la otra, dibuja con sus dedos el borde de mi camiseta, sin aventurarse más allá. La piel se me eriza y siento cómo mi respiración se agita, fruto de la adrenalina que desbocada sacude mi cuerpo. Sólo espero que él crea que se debe a sus besos y no a la tensión que esta situación me provoca.

Cuando se separa, me mira durante un largo rato mientras se muerde el labio inferior y no sé si lo que está pensando es bueno o malo. ¿Habrá decidido matarme ya?

—¿Has acabado? —pregunta Miren intentando mostrar indiferencia.

—¡Oh, no! Apenas acabo de empezar —le informa—. Nunca había sentido tanta atracción por alguien y quiero saber por qué me siento así.

Está claro que si pudiera, me encerraría en algún lugar para usarme a su antojo.

—Antes de que sigas, ¿puedes responder a mis preguntas?

Andoni se gira hacia ella, dispuesto a prestarle atención.

—Tú dirás.

—¿Qué va a pasar después de esto? —Señala la habitación, a nosotros—. Tendremos que dejar de matar.

¡Bingo! Realmente he conseguido que la duda cale en ella.

—Te dije que no te preocuparas de nada —responde Andoni con un tono conciliador—. No pienses en eso ahora.

—¡Cómo que no piense en eso ahora! ¡Sí lo hago! ¡Claro que sí! Quiero saber cuáles son tus planes. Te vas a marchar, ¿verdad?

Andoni se encoge de hombros intentando mostrar una inocencia que no le pega nada.

—Sí, tengo intención de irme a estudiar bien lejos de aquí. Pero no creo que eso sea ninguna sorpresa. ¿Qué pensabas? ¿Que me iba a quedar en este pueblo de mala muerte para siempre? En otro lugar podré seguir con esto sin levantar sorpresas...

Justo lo que yo pensaba.

—¿Y yo entro en esos planes?

—No seas ilusa. Esto ha sido divertido pero ya va siendo hora de que separemos nuestros caminos, ¿no crees? Además, sería muy raro que nos mudaramos a la misma ciudad y mantuviéramos contacto allí cuando aquí ni siquiera somos amigos.

La decepción baña el rostro de Miren.

—Es una pena...

Andoni vuelve a girarse hacia mí y esboza una traviesa sonrisa.

—Así que habrá que disfrutar de nuestra última colaboración juntos. ¿Tú qué opinas, Maite?

Un ligero movimiento a sus espaldas, solo eso y lo siguiente que veo es cómo Miren le clava un destornillador en el cuello. En cuanto lo saca la sangre sale en cascada y Andoni intenta taponar la herida con ambas manos. Sus ojos desorbitados me mira pidiendo ayuda, sin embargo, con las manos atadas me es imposible hacer nada. Se incorpora, pero pierde el equilibrio y cae de rodillas a mis pies. Buscaba un enfrentamiento entre ellos, pero no esperaba que Miren tomara una decisión tan drástica. Al final va a resultar que ella es un monstruo aún peor que él. Aún peor que su abuelo. Andoni intenta hablar pero de su garganta solo surge un grotesco borboteo y aparto la vista asqueada cuando se aferra a mí, manchando mi ropa de un rojo tan intenso que parece irreal. El olor metálico golpea mi nariz con tanta fuerza que una vez más he de reprimir una náusea. Noto cómo afloja su agarre y cuando de nuevo le miro, se desploma en el suelo con un ruido seco. Hace un último gesto de dolor y su mirada se apaga.

—Le has matado —digo, como si no fuera una obviedad. Ahora mismo temo por mi vida más que antes pues está claro que Miren está más loca que Andoni.

—Se lo merecía. Todos piensan que pueden jugar conmigo pero yo les estoy demostrando que no es así.

Deja el destornillador sobre la mesa y nos lanza una mirada a Samir y a mí.

—¡Suéltanos! —imploro a la desesperada—. Diremos que fue el culpable de todo, que te tenía coaccionada y que temías por tu vida. Declararemos a tu favor.

—Pero Maite, ¿por qué voy a hacer eso cuando lo que estoy deseando es matarte? No sabes las ganas que te tengo y más después de ver que has conseguido lo que no fui capaz en todo este tiempo: interesarle. El brillo de sus ojos después de besarte solo lo he visto cuando torturaba. No puedo evitar sentir envidia por eso...

Una sombra a sus espaldas. No alcanzo a ver de quién se trata, solo distingo un rápido movimiento y cómo una pala impacta contra la cabeza de Miren.

 No alcanzo a ver de quién se trata, solo distingo un rápido movimiento y cómo una pala impacta contra la cabeza de Miren

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Está claro que Maite ha sabido cómo llevar a Miren al límite aprovechando que conocía que Andoni era su mayor debilidad. Aun así, ¿esperábais que le matara en un arrebato? No mentiré, disfruté escribiendo esta escena... Pero la gran pregunta es... ¿quién le ha pegado a Miren con una pala? A ver quién acierta... (no vale fisgar el siguiente capítulo antes de dar una respuesta aquí, jajaja).

El diablo se comerá tu almaWhere stories live. Discover now