Cap. 24

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Tras mucho rogar, consigo que mi tía me deje salir a celebrar la "Noche de los muertos"

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Tras mucho rogar, consigo que mi tía me deje salir a celebrar la "Noche de los muertos". Me alegro de que aquí no hayan sucumbido a esa mala costumbre de llamarlo "Halloween" y la excusa de formar parte de las tradiciones, también me ha servido para ayudar a convencerla. Por supuesto, obvio el hecho de que iré con Mei a la fiesta que Urko ha organizado en su lonja, ya que estoy segura que entonces cambiaría de opinión sobre mi castigo.

Cuando me detengo frente a una sorgina que esconde a mi amiga Mei, esta gira dos veces a mi alrededor.

—¡No vas disfrazada! —protesta.

—Eso no es cierto —contradigo—. Voy de vampira.

La verdad es que visto de negro pero no deja de ser ropa normal y corriente.

—No fastidies. Ni siquiera te has puesto un vestido... ¿y tus colmillos?

—Para empezar, soy una vampira moderna. A ver si te crees que en estos tiempos iban a ponerse lo mismo que hace siglos. Y segundo —rebusco en mi bolso y saco unos colmillos postizos—, los vampiros solo enseñan los dientes cuando van a morder.

Arquea las cejas, un tanto escéptica, sin embargo no tarda en aceptar que no tengo remedio. Me coge del brazo y tira de mí.

—Vamos o seremos las últimas. Hoy todo el mundo va a estar allí.

Y así es. Ya antes de llegar, nos encontramos con grupos desperdigados bebiendo y hemos de hacer un enorme esfuerzo para llegar al local. Después de lo que parece una eternidad, conseguimos alcanzar la barra, donde esta vez Urko tiene compañía. Aún así, es él quien nos atiende.

—Te has buscado ayuda —dice Mei.

—Los ingresos que hago días como hoy, me permiten pagar a alguien más. Si no sería imposible atender a esta marabunta, chicas. Y bien, ¿qué os pongo?

Esta vez pedimos cerveza con limón y mientras nos sirve y pagamos, me pregunto qué pasaría si algún ertzaina se pasara por aquí. Al fin y al cabo se trata de una lonja vendiendo alcohol de forma ilegal, vamos que, a nuestro amigo Urko se le caería el pelo seguro.

Mei me lleva a saludar a unas amigas y yo, aprovecho a echar un vistazo a nuestro alrededor, ya que la conversación no me interesa demasiado. Mis ojos se cruzan con los de Samir, que está en la otra punta del local y me hace un gesto con su katxi a modo de saludo. Hago lo mismo y no puedo evitar sonreír. Él tampoco va disfrazado.

Pienso en que tengo que hablar con él de mi conversación con Eusebio Salazar y me prometo a mí misma enviarle un mensaje mañana. Lo cierto es que hace más de una semana que no hablamos, desde que nos encontramos en el portal y aclaramos lo nuestro. Apenas le he visto por el instituto y me pregunto qué habrá estado haciendo. Quizás se haya dedicado a investigar por su cuenta...

—Vaya... mira a quién tenemos aquí —susurra una voz en mi oído.

Me doy la vuelta de forma brusca pues sé perfectamente que se trata de Andoni. Lleva un traje con chistera y unas pequeñas gafas redondas. Juraría que es el Drácula de la película de Coppola. ¡Qué casualidad! Justo de vampiro. Menos mal que mi ropa no me delata...

El diablo se comerá tu almaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon