Cap. 57

781 91 16
                                    

Mi mente se queda en blanco por un momento

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mi mente se queda en blanco por un momento. Estoy mirando la escena como si no formara parte de ella y soy incapaz de reaccionar. Andoni mantiene el cuchillo hundido en el estómago de Samir y gira ligeramente la empuñadura antes de sacarlo. En cuanto el cuchillo deja de taponar la herida, la sangre empieza a empapar la sudadera tan rápido que parece irreal. Los quejidos de Samir ante el dolor que siente, me sacan de mi ensimismamiento.

—¡Estás loco Andoni! —grito a pleno pulmón. Me siento tan impotente ante lo ocurre, que no lo soporto.

Para mi sorpresa, coge un trapo de cocina limpio y el rollo de cinta que hay sobre la mesa y se apresura a taponar su herida. Samir se retuerce de dolor cuando este le presiona la herida, sin embargo no hace caso a sus quejas y se afana en su tarea.

—Quiero que sufras pero no que mueras. Es muy pronto aún y he sido muy impulsivo —reconoce un tanto molesto consigo mismo—. Debería haber pensado en cortarte un dedo. O algo así.

Está reconociendo que ha sido un arrebato y eso es bueno. Significa que puede meter la pata. Intento saber cuánto tiempo ha pasado desde que hemos llegado a casa de Miren, pero no sé calcular el rato que he estado inconsciente por lo que han podido pasar dos horas o cuatro.

Andoni mira a su alrededor como si buscara algo.

—Necesitamos algunas cosas. ¿Dónde tiene tu padre las herramientas?

—En la parte de atrás, ¿te acompaño? —Miren se coge de su brazo, pero Andoni la aparta sin ningún miramiento.

—Ya me las arreglo yo solo. Tú será mejor que te quedes aquí con ellos.

—¡No es justo! Ya llevo mucho rato aguantando a Maite. Solo sabe hacerse la lista y ya me tiene cansada. ¿Puedo entretenerme mientras? —Me echa un rápido vistazo que me hiela la sangre.

Sin embargo, Andoni la sujeta por los hombros para que le preste atención.

—Ni se te ocurra. No quiero que les toques ni un pelo. No tienes permiso para hacer nada hasta que yo vuelva ¿entendido? No hagas que me enfade contigo.

Miren asiente solícita y en cuanto él desaparece, se da la vuelta y nos mira.

—Ya le habéis oído. Tendremos que portarnos bien hasta que vuelva.

La observo, sorprendida del nivel de control que Andoni ejerce sobre ella. Después de ser ninguneada por todo el mundo, que alguien como él le preste atención, la ha convertido en su fiel esclava.

Lanzo un vistazo a Samir y parece estar semi inconsciente. No soy capaz de calcular su gravedad, pero sé que he de poner a Miren contra las cuerdas.

—¿Y qué vas a hacer después?

—¿A qué te refieres? —Se sienta de nuevo frente a mí y cruza las piernas sobre la mesa para estar más cómoda.

—Ninguna de tus opciones es buena. Si nuestros cuerpos aparecen, eso exculpará a tu padre y regresará a casa. La Ertzaintza seguirá husmeando y puede que ponga el foco en vosotros. Tarde o temprano os descubrirán.

El diablo se comerá tu almaWhere stories live. Discover now