☁️11: realidad disociativa☁️

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Jimin abrió los ojos aún con el cansancio demoliendo cada partícula de su cuerpo

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Jimin abrió los ojos aún con el cansancio demoliendo cada partícula de su cuerpo.

Reconoció que se encontraba en su habitación, las cortinas del balcón dejaban entrar la luz solar con fuerza y una tenue melodía se escuchaba a su alrededor. Frotó sus ojitos y enderezó su cuerpo al mismo tiempo que soltaba un gran bostezo cargado de sueño.

¿Qué pasó la noche anterior? Se quedó un buen rato pensando y todavía no lograba concretar nada completo, porque su cabeza estaba comenzando a doler.

Se levantó con pereza y caminó hasta el baño que expulsaba un exquisito aroma a vainilla y fresas. En el interior estaba su nana; la mujer se encontraba ocupada en preparar la bañera, tal y como a Jimin le gustaba.

—Buen día, nana —saludó en medio de bostezos y con sus ojos luchando por mantenerse abiertos.

La mujer detuvo sus labores y se incorporó para mirarlo. De inmediato Jimin supo que sería regañado, aunque los motivos seguían siendo confusos.

Ya, en serio, ¿qué había hecho anoche?

—¿Tienes idea de lo irresponsable que fuiste, Jimin? —preguntó, su tono de voz era bajo y tranquilo, pero el omega la conocía lo suficiente para asegurar que estaba decepcionada y molesta.

Hizo un puchero, no le gustaba cuando era regañado por su nana.

—Nana yo... —quería justificarse de algo que no había hecho, o que no recordaba. Todo era confuso.

—Escapaste de la fiesta de tu primo —habló la mujer, deteniendo las próximas palabras del menor—. Sergey me llamó alarmado cuando te buscó y no te encontró, fueron las horas más angustiantes de mi vida.

—Yo... nana, no...

—Pensamos en avisarle a tus padres, pero Sergey extendió un equipo de búsqueda que afortunadamente dio resultados —volvió a interrumpir—. ¿Quieres saber dónde estabas, Jimin?

El omega negó varias veces con sus ojos demostrando horror, pero su nana no pensaba detenerse.

—Estabas en un parque —informó mientras se cruzaba de brazos—. Lo más impactante fue que no estabas solo.

Entonces los recuerdos se unieron en la mente de Jimin y acabaron con su tranquilidad en cuestión de segundos.

Él, el tipo con apariencia de matón a sueldo, la huida, el coqueteo, pastel de pescado, y...

—¡No sigas! —chilló agudo, dando volteretas por todo el baño para huir de la mujer.

—¡Estabas con un alfa! —exclamó la mayor ignorando el berrinche del omega.

Jimin se congeló. El dolor en su cabeza iba en aumento, lo malo era que sus recuerdos también estaban cobrando fuerza, recuerdos que no quería tener porque se sentía completamente estúpido y avergonzado de su comportamiento.

ᴛᴏᴄᴀʀ ᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ ☁️♡ ʸᵐ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora