Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Yoongi sufrió un paro cardiorrespiratorio.
Esos segundos que no pudieron ser contados, fueron una tortura para el omega que continuaba gritando por ayuda, hasta sentir como la garganta le ardía por la fuerza que empleaba para hacerse escuchar.
—Mantenga la calma, por favor. La ambulancia estará aquí en quince minutos —dijo uno de los oficiales.
—¡No tengo tanto tiempo! —gritó Jimin, con una mezcla perfecta de rabia y desesperación—. ¡Acaba de entrar en paro, el tiempo máximo es de cinco minutos, así que muévanse!
—¡Di órdenes precisas de mantener un equipo médico cerca! —bramó Ri Jeong con rabia—. ¡Este muchacho no puede morir por nuestra incompetencia!
Jimin dejó de prestar atención al ruido de su alrededor, abrazó a su novio, sintiéndolo tranquilo y lejano, y fue entonces que volvió a llorar, sufriendo por él y porque lo estaba perdiendo sin poder hacer algo para evitarlo.
—Alfa, por favor... —suplicó—. Tenemos planes, incluso hablamos de hijos —hipó—. No me dejes, vuelve conmigo.
Cerró los ojos, mientras sus manos acariciaban el rostro del mayor. No quería pensar en el tiempo, en esos minutos tan valiosos que estaban siendo desperdiciados y que eran los responsables de llevarse la vida de Yoongi.
—Todas nuestras promesas, todos nuestros te amo —continuó el omega, con sus lágrimas abundantes y tibias llenando el rostro del mayor—. Nuestras escapadas, cuando estuvimos en la playa —se rompió—. N-nuestra historia no puede terminar así, me niego.
—¡Jimin!
El mencionado levantó la cabeza con rapidez en dirección a la voz desesperada. Pronto experimentó diversas emociones que le dieron fortaleza, sobre todo cuando Kim Taehyung ingresó al lugar en compañía de un equipo completo de médicos del centro médico Milsun.
—¡Permítanles el paso! —ordenó el comandante Ri, siendo obedecido en el mismo instante.
—Tiene un paro cardiorrespiratorio, consecuencia de dos impactos de bala en la espalda —informó Jimin, dejando que los paramédicos y demás personal se ocuparan de Yoongi—. Lleva tres minutos en paro, ¡sálvenlo!
—¡Desfibrilador, ahora! —demandó el jefe de los paramédicos.
Todo el equipo se puso a trabajar de manera eficaz y coordinada. Las descargas eléctricas del desfibrilador elevaron el cuerpo de Yoongi en la camilla, dos intentos seguidos y ninguno con resultados favorables.
—¡Una carga de trescientos, ahora! —indicó el médico.
La descarga volvió a golpear en los puntos exactos, elevó el cuerpo del alfa, mas no hubo mayor respuesta que esa.
—Lo estamos perdiendo, señor —dijo uno de los paramédicos, provocando que Jimin se tambaleara en los brazos de Taehyung.
—¡Nos queda un minuto! —insistió el jefe de todos ellos—. ¡Descarga de trescientos sesenta, ahora!
