Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Park Sehun regresó a Corea a las veintiún horas, fue recibido por su padre, su hijo y su sobrino, creando una bienvenida amena, llena de abrazos y mimos dirigidos al tierno omega que había extrañado.
Las últimas semanas fueron difíciles, mucho trabajo que igualmente no se detenía y la angustia constante de estar alejado de su cachorro. Fue por ello que Sehun regresó antes de tiempo, ya que ansiaba estar cerca de su hijo, aunque sus deberes no se detuvieran.
A la mañana siguiente ya se había instalado en el despacho de su mansión. Hizo un par de videoconferencias para tratar puntos importantes del centro médico, también se comunicó con su esposa para saber cómo estaba, y por último con el comité encargado del programa de beneficios que formaba parte de la calidad humana que el grupo Park luchaba constantemente en mantener.
La puerta fue tocada un par de veces y el alfa dio permiso de ingresar. Una de las muchachas de servicio entró al lugar con una bandeja en sus manos, ella hizo una corta reverencia antes de terminar de acercarse con la intención de servir.
—Su café, señor Park —anunció con recato.
—Gracias —murmuró, dejando de lado su trabajo para darle el primer sorbo—. ¿Mi hijo ya despertó?
—Sí señor, en estos momentos se encuentra en el gimnasio.
Sehun se quedó en silencio hasta que una posibilidad cruzó en sus pensamientos. Miró a la muchacha que estaba a la espera de recibir indicaciones y él no tardó en dárselas.
—Dile a mi chofer que prepare el auto, saldré en un momento —pidió, y fue obedecido al instante.
Dejó de lado todos los documentos y apagó la MacBook, se puso de pie y caminó hasta el perchero donde tomó el saco negro que no tardó en colocarse. Finalmente salió del despacho con dirección al gimnasio.
Tomó el ascensor que conectaba directamente con la zona recreativa de la mansión, dos minutos después se encontraba en la entrada del gran salón que servía de gimnasio, donde la música se escuchaba con fuerza.
No tardó en encontrar a su hijo, Jimin estaba entretenido corriendo en la trotadora, con un cintillo rosita para que su cabellera húmeda no estorbara en el proceso.
Sehun se acercó hasta el panel de control y fue directamente al dispositivo de reproducción, redujo el volumen de forma considerable hasta que el omega dejó de correr para descubrir lo que había pasado.
—Padre —pronunció jadeante, mientras bajaba de la trotadora.
—Lamento interrumpir, pero quería saber si tú quisieras acompañarme al centro médico.
Jimin ladeó la cabeza. —¿Existe algún motivo en especial?
—Sí —respondió el alfa—. Me gustaría presentarte como el sucesor de forma oficial, para que tengas el derecho de participar en las reuniones mensuales que realizamos.
