Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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El gran día había llegado.
Jimin se levantó temprano y corrió hacia el baño donde tomó la ducha más rápida que había tenido hasta ahora, posterior a ello se encerró en su armario donde eligió un atuendo lo suficientemente cómodo, pues estaría fuera de casa la mayor parte del día.
Unos vaqueros sencillos con una camiseta Louis Vuitton de color blanco que complementó con un chaleco sin mangas rosa pálido que le caía hasta las rodillas fue el atuendo ganador. Botines negros y un cinto del mismo color.
En joyería fue bastante sutil y en maquillaje también, esto debido a que sus pensamientos aglomerados no le permitían enfocarse en más de una cosa a la vez, y en ese momento lo más importante para él era estar listo a tiempo.
Tomó su bolso y salió de la habitación a paso apresurado, como esperaba su nana estaba en la planta baja con una sonrisa brillante y un plato de comida que el omega no pensaba ingerir.
—Trata de tranquilizaste, Minie —habló la mujer al verlo tan tenso.
—Lo hago, pero no me funciona —dijo, negando cuando ella le ofreció la comida—. No tengo apetito.
—Eres brillante, todo saldrá bien —alentó, para luego darle un vaso con zumo de naranja que el omega no pudo rechazar.
En pocas horas daría el examen que definiría bajo qué condiciones ingresaría a la universidad que sus padres eligieron para su preparación. Ese era uno de los requisitos que pedían para la élite estudiantil de ese campus, y Jimin llevaba meses de preparación para ese momento así que no podía fallar. Todo estaba perfectamente planeado.
Tenía que dejar el apellido Park por todo lo alto, ese era su deber.
—Ya debo irme, te veré en la tarde.
Terminó con el zumo, besó la mejilla de su nana y rápidamente salió de la mansión. Ese día decidió usar su bugatti chiron blanco, así que subió en el auto y salió de los terrenos de la mansión.
A los pocos segundos pudo notar la camioneta negra que lo seguía a la distancia donde sus guardaespaldas estaban al pendiente de su seguridad.
Puso música y en el segundo siguiente glass animals estaba llenando sus oídos. De vez en cuando apretaba el volante con un poco de fuerza, mientras en su mente se repetía una y otra vez que todo saldría bien, que no existía algo en el mundo con lo que él no pudiera.
Las calles de la ciudad lo recibieron y para su fortuna el tráfico estaba siendo indulgente, pisó sólo un poco el acelerador siendo cauteloso, y en unos veinte minutos la lujosa estructura de su futura universidad le dio la bienvenida.
La universidad Daehakghyo o para mayor facilidad DHK, estaba dentro de las mejores diez universidades alrededor del mundo, y era la número uno en medicina humana y sus ramas. Pese a ser privada no todo aquel que pudiera costearla tenía el privilegio de formar parte, pues aparte de una millonaria fortuna bajo el apellido también el aspirante debía presentar aptitudes y cualidades académicas que le hicieran digno de ella.
