Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Se miraba en el espejo buscando algún detalle que no fuese de su agrado, pero no lo encontró.
Lucía precioso, Jimin lo sabía muy bien. El top playero que llevaba puesto hacía relucir sus clavículas, presumiendo el lunar que le encantaba; también alardeaba de la cintura delgada y la espalda quedaba completamente descubierta, dejando el tatuaje a la vista de todos.
Miró más abajo y notó la falda larga de color blanco con transparencias, tenía una abertura que dejaba mostrar todo el muslo derecho. El conjunto era sensual, perfecto para esa noche que había una fiesta en la playa.
La puerta de su habitación fue abierta por Momo, la omega usaba un conjunto bastante similar al del pelirosa, mostrándose completamente hermosa con la larga cabellera sujeta a una trenza.
—Te ves preciosa —halagó Jimin con una sonrisa.
—Tú también, estoy segura de que serás el centro de atención en esa fiesta.
—Lo seremos los dos —respondió el omega con un guiño.
—¿Estás listo para irte? Desde el piso de abajo se puede escuchar la música, así que ya no puedo seguir esperando.
Jimin asintió, juntos salieron de la habitación y se dispusieron a bajar las escaleras para llegar al piso inferior; cuando lo hicieron se encontraron con Alessia y Sergey.
—Estábamos esperándolos —informó la beta.
—¿Dónde están los demás? —inquirió Momo.
—Ellos se adelantaron para reservar una mesa en el mejor lugar —respondió Jimin—. SeokJin y NamJoon iban a acompañarlos para evitar que comenzaran a beber desde temprano.
—Sabemos que eso no será posible —dijo Alessia con una risa que contagió a los demás.
—Lo sabemos —respondieron Momo y Jimin al mismo tiempo.
Los cuatro salieron de la mansión y comenzaron a caminar hacia el lugar que se encontraba completamente iluminado, lleno de personas, y con música animada.
El sonido de la marimba y maracas llenaba todo el espacio, Jimin y Momo quedaron encantados con el ambiente animado. Habían muchas parejas bailando al son de la música, otras bebiendo, y muchas personas charlando.
—Oh, oh —expulsó Alessia completamente pálida.
Los omegas siguieron la mirada de la beta para descubrir el motivo que la había puesto tan nerviosa. Pronto fruncieron el ceño, a unos ocho metros de distancia, justo al lado del bar estaban Yoongi y Hoseok, riendo animadamente mientras charlaban con algunas chicas.
Momo maldijo, mientras que Jimin se quedaba en silencio. El omega tenía los ojos afilados puestos en su novio, lo miraba reír, fumar un cigarrillo y bromear con Hoseok.
—Voy a matarlo —gruñó Momo, dispuesta a dar el primer paso para acercarse.
—Tú no harás nada de eso —la detuvo Jimin con calma.
