Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Yoongi cumplió con lo que dijo.
Raptar al omega no fue sencillo. El alfa tuvo que bajar primero del árbol y esperarlo para asegurarse que el menor cayera seguro entre sus brazos, no podía hacer ruido, mucho menos deseaba que se lastimara.
—Ten cuidado de donde pisas —dijo entre susurros.
Jimin tenía la adrenalina corriendo con fuerza por su sistema, estaba escapándose de su propia casa, burlando la seguridad de sus guardaespaldas y todo para pasar la noche con un alfa que estaba conociendo.
Leves recuerdos de su escape de la fiesta de su primo Chanyeol llegaron a su mente para hacerle sonreír. Descubrió entonces que esa no era la primera vez que lo hacía, y quizá tampoco sería la última.
—¿Qué tanto me falta? —preguntó bajito, no podía ver la distancia que existía entre el suelo y él, pero confiaba que Yoongi lo guiara.
—Suéltate.
Definitivamente no esperaba esa respuesta. —¡¿Estás loco?!
—Confía en mí, vamos suéltate —instó el alfa seguro de sus palabras.
Jimin debía estar bastante loco para creer en el alfa. Cerró los ojos y se soltó a la espera de un buen golpe; sin embargo, unos fuertes brazos lo recibieron por completo, impidiendo que sus pies tocaran el suelo.
Se estremeció completamente cuando el tibio aliento del mayor le golpeó en el cuello, trató de liberarse mas fue imposible. Yoongi afianzó el agarre y aún cargándolo comenzó a correr con todas sus fuerzas.
—Nos van a descubrir —se alarmó el omega, sosteniéndose con fuerza del alfa que corría.
—No lo permitiré —prometió Yoongi sin detenerse.
—Tenemos suerte de que las cámaras de seguridad estén vinculadas a mi móvil, así podré manipularlas para que no nos descubran —comentó Jimin, respirando tranquilo cuando el alfa le permitió pisar el suelo.
—Chico listo —halagó el pelinaranja, para luego concentrarse en escalar por el imponente muro de concreto que rodeaba la propiedad.
Justo en esos momentos se sentía como un ladrón experto que había irrumpido en un lujoso castillo para llevarse el tesoro más valioso, tal vez así lo era, después de todo el omega que le acompañaba era sin duda precioso para él.
—Oye —el llamado del menor provocó que Yoongi lo mirara interrogante—. Si piensas saltar el muro me avisas para regresarme a mi habitación.
—¿Tienes miedo? —preguntó divertido.
—Sí, es demasiado alto y podríamos lastimarnos.
Yoongi le dio la razón, le costó mucho escalarlo cuando llegó a la propiedad y eso que él tenía más práctica que el omega. Sabía que era una mala idea, pero no se le ocurría nada más para salir de ese lugar sin ser notados.
