Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Dos días habían pasado, en ese tiempo las heridas de Yoongi sanaron gracias a la propia fortaleza de su lobo, y con ello resuelto podría ocuparse de algo sumamente importante.
Una confesión de amor, sí, es lo que haría.
Y esa era la razón por la que la casa de los Min se encontraba llena de personas que tenían un mismo objetivo: crear un momento especial e inolvidable para ambos.
Somi y SeokJin estaban encargados de la cocina, fueron al mercado durante la tarde para obtener los ingredientes necesarios, y así preparar una cena deliciosa para que Yoongi compartiera con Jimin.
Alessia y Momo estaban encargadas de colocar las luces que habían encontrado en el ático. Ambas le aseguraron a Yoongi de que sería un detalle muy agradable y romántico, así que llevaban un buen tiempo sumergidas en el jardín con el propósito de dejarlo bien iluminado, ya que sería el lugar donde el alfa haría su confesión.
Taehyung y Jungkook estaban ocupados en seleccionar la música. El omega aseguró que los discos de vinilo de su padre eran los indicados para la ocasión, suficiente motivo para que el pelirrojo le ayudara con la elección para ambientar el momento.
Mientras que, Hoseok y NamJoon estaban con escobas y trapeadores limpiando todo, al mismo tiempo que refunfuñaban porque ellos eran los únicos que limpiaban.
Y Yoongi... él estaba completamente nervioso.
—Tendrás que tomarte un neutralizador, porque de lo contrario marearás a Jimin con tu aroma —dijo SeokJin al pelinaranja.
—Estoy nervioso, ¿bien? Cuando estoy así me cuesta controlar mis aromas —respondió, para luego caminar de un lado hacia otro, comiéndose las uñas de paso.
—Tranquilízate, no es matrimonio lo que le vas a proponer —se entrometió Alessia.
—No, pero es una relación seria, así que es igual de escalofriante —comentó Hoseok.
—Jung Hoseok —pronunció Momo con ambas manos en la cintura—. ¿Tener una relación seria es algo escalofriante para ti?
—No, pero...
—¿Pero? —inquirió la omega con creciente indignación.
Yoongi sabía que explotaría una mini discusión entre esos dos, y como no quería presenciarla decidió que lo mejor sería salir al jardín para respirar más tranquilo.
Caminó con lentitud, sus ojos detallando los pequeños arreglos que Momo y Ale prepararon. Sonrió levemente, sintiéndose tonto, nervioso, pero muy seguro de lo que quería.
Se sentó en uno de los columpios que su padre había construido, del bolsillo de su pantalón sacó la cajita y la abrió. Acarició el dije con la punta de sus dedos, mientras miles de pensamientos llegaban a su mente.
