Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo había dicho. Lo hizo con voz alta, con seguridad, y sin arrepentimientos.
Jimin permaneció en silencio, se concentró en detallar cada una de las expresiones de sus padres; desde la arruga que dividía ambas cejas de Sehun, hasta los ojos analíticos de Lía. Ciertamente podía comprender la sorpresa que su revelación causó, aún así, el omega sentía como un peso abandonó su cuerpo apenas las palabras salieron de sus labios.
—¿Novio? —la voz de Lía fue la primera en escucharse.
—Sí —respondió el menor—. Tengo novio, e iré con él a la fiesta de aniversario.
—¿Desde cuándo tienes novio? ¿Quién es ese novio? Explícate Park Jimin —demandó Lía, y el pelirosa sabía que su madre estaba esforzándose en mantener la calma.
Bien, ahí iba otra noticia impactante.
—Se llama Min Yoongi, pertenece a la colonia Yeong y tiene veintidós años —informó sin ningún indicio de vacilación—. Estamos por cumplir un mes de noviazgo.
—¿Qué es todo esto? ¿Hablas en serio? —Lía simplemente no podía creerlo—. ¿Cómo puedes mantener una relación con alguien a quien seguramente no terminas de conocer?
—Pues ese es el objetivo de las relaciones, ¿no? Conocer a las personas —debatió el pelirosa—. Pierde cuidado, madre. Puedo asegurarte que lo conozco bien, y todo lo que he descubierto de él me hizo amarlo.
Jimin miró como su madre se puso de pie y compartía una breve mirada con su padre. Debía admitirlo, estaba completamente nervioso y tenía dudas de lo que pudiera pasar de ahora en adelante, pero tampoco estaba dispuesto a dejarse manipular, o dejar de lado su felicidad por hacer felices a otros.
—¿Te trata bien? —la pregunta de Sehun hizo que el menor se concentrara en su padre.
Los ojitos de Jimin brillaron, sonriendo de sólo recordar los momentos que había vivido con su novio, lo mucho que lo amaba, lo feliz que lo hacía. Él sabía que tenía la capacidad de sonreír en grande si tan sólo pensaba en el nombre de Min Yoongi.
—Es un chico que me complementa en todos los ámbitos, me trata muy bien —confesó, notando como su padre empezaba a sonreír—. Me cuida, siempre es detallista conmigo, incluso ha llegado a cantarme —soltó una risita emocionada—. Y yo lo amo, es lo que importa.
Lía se sentó al lado de su hijo, todavía le costaba creer lo que estaba escuchando, pero si estaba segura de algo era que Jimin siempre fue sincero. No mentía al decir que amaba al muchacho, aunque le costara aceptarlo.
—¿Qué cualidades viste en él, Jimin? —preguntó ella.
—Es valiente, sincero, optimista con la vida, jamás se rinde, coqueto, pero también tímido —hizo una pausa con el único propósito de calmar las emociones que amenazaban con descontrolarlo—. Lo más importante es que me ama a mí, por lo que soy, y por lo que puedo ofrecer siendo sólo Jimin.
