Jimin es un omega mimado que siempre obtiene lo que quiere. Amante del rosa, las fresas y alardear de cada uno de los lujos que sus padres le ofrecen sin inhibiciones.
No obstante, llega un día en el que con su familia tiene que acudir a un sitio do...
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Jimin sentía el cuerpo pesado; la cabeza le daba vueltas, con el temor y la desesperación amenazando con desestabilizarlo.
Yoongi, su novio estaba encerrado en una celda, y para el omega se convirtió en una tortura porque deseaba ayudar, pero el mismo pánico le estaba bloqueando la mente, impidiéndole tomar decisiones.
Fue una fortuna que Sergey estuviera ahí.
El alfa se movió rápido, tomó el móvil y con ayuda de algunos contactos empezó a investigar para saber dónde exactamente se habían llevado al alfa. Cuando le aseguraron que lo investigarían en el mínimo tiempo posible, trató de tranquilizar a los menores.
—En algunos minutos me dirán la estación de policía donde lo llevaron —informó, mientras su mirada se concentraba en la chica temblorosa que estaba en silencio en uno de los sillones.
Jimin asintió, miró a Alessia y sintió pena por ella al verla tan nerviosa. Se acercó con cuidado, hasta que se sentó en el mismo asiento para tomarle las manos en un intento de transmitir y recibir apoyo.
—Trata de tranquilizarte, por favor —suplicó Jimin—. En estos momentos necesitamos estar fuertes para Yoongi.
—Él es como un hermano para mí y lo amo como tal —dijo Ale, con sus ojos rojizos y llenos de lágrimas—. Ha cometido muchos errores, pero es un buen chico —siguió—. No es justo, no es justo que le suceda esto cuando estaba esforzándose por dejar todo atrás —negó con la cabeza—. Él no merece estar ahí, no lo merece.
El omega no resistió el impulso de abrazarla, lo hizo con cuidado de no hacerla sentir frágil, mientras continuaba en la lucha silenciosa de guardarse sus propias lágrimas, pues sabía que en esos momentos necesitaba de toda la fortaleza que pudiera tener escondida en algún rincón de su alma.
—Disculpen —habló Sergey, ganándose la atención de ambos.
—¿Lo encontraste? —preguntó Jimin, dispuesto a recorrer todas las estaciones de policía existentes en el país en caso de ser necesario.
—Está en la estación del distrito 04 en Gong Go Yu —respondió, para luego acuclillarse frente a la beta.
Jimin corrió a su habitación para tomar todo lo que necesitaría, al mismo tiempo que avisaba a Momo lo ocurrido para que ella se encargara de informar a los demás. Mientras tanto, Alessia estaba sumergida en el contacto visual que el alfa había iniciado momentos atrás, sintiéndose tranquila con la presencia de Sergey.
—Hola guapo —susurró, otorgando una sonrisa triste que no le agradó a Sergey.
—No sonrías —pidió el alfa, notando el puchero de la chica—. Mejor permíteme limpiar tu rostro.
Ella no respondió, y él lo tomó como una señal afirmativa. Del bolsillo de su pantalón sacó un pañuelo blanco que utilizó para limpiar el rostro de la beta, teniendo cuidado al momento de hacerlo.
