𝒞𝒶𝓇𝒹𝒾𝑔𝒶𝓃 ❗️Pedri González

OO9 ━━━━ ganas

( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝗻𝗼𝘂 )
Capítulo nueve

Los pasos hacia su habitación son torpes. Mis brazos están enredados en su cuello, y los suyos están por debajo de mis piernas, las cuales están enrolladas en su cuerpo.

Con su espalda abre una de las puertas, la cual me imagino que es la que pertenece a su pieza. Nuestras bocas no abandonan la otra en ningún momento, salvo cuando no pude aguantar la carcajada porque él se llevó un golpe en la cabeza al no poder ver.

Siento una corriente en el estómago cuando mi cuerpo cae de espaldas a la cama, y con sus manos me hace abrir las piernas, cosa que su cuerpo queda entre ellas.

— ¿Estas segura?

— Si — me sonríe y apoya su peso en sus brazos, para no caer sobre mi.

Nunca más segura que ahora.

Mi cuerpo clama por que él sentido del tacto actúe y le haga saber como se siente tener su piel bajo la mía.

Paso las manos por debajo de su remera, tocando todo lo que podía. Se da cuenta de las dificultad, y se deshace de ella. Caigo en la realidad de que esto estaba yendo enserio.

Intenta quitarme la prenda superior, y me invade el miedo al rechazo, la vergüenza de que me mire. Las luces estaban encendidas, y eso fue peor. El subconsciente me atacó de la manera más tortuosa. Ya no sentía la emoción ni la excitación, solo pensaba en que tendría que mostrarme ante él, una persona completamente nueva, y a la cual no tenía idea si le gustaría mi otro yo.

— Para — no necesito decirlo dos veces, porque establece una distancia entre ambos al segundo que me ha escuchado — No quiero hacer esto.

— ¿Hice algo mal? — no le respondo — Perdón.

— No, no sos vos. Solo no me siento cómoda — fijo un punto en un lado cualquiera de la habitación y miro solo ahí — No debí de hacerte creer otra cosa, perdón.

— No pasa nada, tranquila.

En el silencio más incómodo que he experimentado en mi corta vida, vuelve a colocarse bien la ropa. Veo que se acomoda la entrepierna sobre el chándal que traía puesto. Una vez más que yo comenzaba algo y no permitía que terminara.

— ¿Te apetece dormir ya? Puedes quedarte aquí y yo dormiré en el sofá — niego, pero antes de poder replicar, me detiene — No tengo ningún problema en hacerlo. Ya llevo algunos días durmiendo allá abajo porque hace mucho frío para mi gusto.