O25 ━━━━ campeones

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( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝘃𝗶𝗻𝘁-𝗶-𝗰𝗶𝗻𝗰 )
Capítulo veinticinco


Abro los ojos y lo primero que me encuentro es a mis hermanos, junto a mi mamá y a mis abuelos.

— ¡Feliz cumple, Valen!

Matu trae una pequeña torta con los números 1 y 8, formando la edad que cumplía. Acompañados de velas.

— Sopla las velas, Tina — pide Ciro, el que está más emocionado con mi cumpleaños que con el suyo.

Me acerco y hago lo que mi hermano menor me ha pedido. Una vez el fuego desaparece, aplauden, y cada uno me da un abrazo. Aunque los pequeños salvajes de mis hermanos se trepan a mi cama y se tiran encima mío, abrazándome pero al mismo tiempo ahogándome.

— Me van a matar, boludos.

— Te amamos, hermana.

— Y yo a ustedes — dejo un beso en la mejilla de cada uno, bajo la atenta mirada de orgullo de mamá. — Pero no habrá hermana para amar si no me dejan de ahorcar.

Sueltan una risa y se separan. Luego de unos minutos, papá llama a la cámara. No era la primera vez que no pasaba mi cumpleaños conmigo, pero esta vez era distinto, era especial.

Estaba concentrando en el predio de la AFA, porque hoy tienen partido. Pero no cualquier partido, hoy era la final de la Copa América.

Así es. Estamos en la final.

¿Como?

Gracias al tremendo pedazo de selección que tenemos. Es que, todos son absolutamente increíbles. Se dejan toda la piel por la camiseta, corren, atacan, llegan, defienden, hacen todo. Y necesito darle una mención especial a nuestro arquero. Me había convertido en una Dibu Lover. Estaba a nada de tatuarme su cara en el brazo.

La semifinal fue un partido de locos, y fuimos a penales. Ya se imaginan cómo estuve. Consideré irme del estadio, pero mamá me detuvo.

La cuestión es que pasamos, con las atajadas de el dibu, que no tengo idea de donde salió, pero que comienzo a creer que lo hizo del cielo. Y ahora estábamos en la final.

— Te amo y te extraño, hija.

— Y yo a vos, pa. Gracias por llamar.

— Nada de gra- — mi papá no puede continuar hablando porque alguien se entromete en la llamada.

El tío Kun se asoma, y ambos me hacen reír porque se ponen a pelear por la cabeza de quien sale en la pantalla. Hasta que él logra quitarle el móvil, y me sonríe.

— ¡Feliz cumple, chichi! ¡¿Como que ya tenés 18?! Parece que fue ayer cuando tu papá te perdió en el predio.

Que recuerde esa anécdota me hace soltar una larga carcajada, que logra hacerme lagrimear un poco. A mi papá también le da risa. La verdad que una concentración sin el Kun no era lo mismo.

— Un poco más y tenemos que poner una alerta nacional — sigue haciéndome reír, aún más fuerte por su cara — Pero bueno, tuvo suerte que tu mamá no lo deje, eh. Anto estaba furiosa, nah, olvídate.

— ¿Podes dejar de quemarme con mi hija? Trae el celular.

Luego de una pequeña riña, finalmente mi papá recupera su móvil. Yo solo puedo mirarlos con una sonrisa, porque me encantaba verlos a los dos juntos, y además, ¿quién no se ríe con El Kun Agüero?

— Bueno Valen, me tengo que ir, ya nos llaman para desayunar.

— Dale, pa.

— Pasala lindo ahora, y ya para cuando regresemos a Barcelona, te daré tu regalo — iba a hablar para preguntarle qué regalo sería, pero me interrumpió — El cual no te dire que es, por más que intentes sobornarme.

 𝒞𝒶𝓇𝒹𝒾𝑔𝒶𝓃 ❗️Pedri González Where stories live. Discover now