𝒞𝒶𝓇𝒹𝒾𝑔𝒶𝓃 ❗️Pedri González

O31 ━━━━ celos

( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝘁𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮-𝘂 )
Capítulo treinta y uno

Nicolás alterna la mirada entre Pedri y yo. Creo que no se esperaba encontrarme con alguien más, pero yo ni siquiera esperaba verlo aquí.

Recuerdo que un día pedimos un taxi compartido, yo venia a ver unas cosas del departamento y en en viaje, me dejaron primero a mi, por lo que me supongo que sabe mi dirección. Pero no entendía que hacía aquí.

— Perdón, no quise molestar — habla con un dificultoso español — He tenido un problema, y no sabía a donde más ir, perdón — habla en su idioma natal, y sé que Pedri no va a entender nada.

— ¿Que sucedió?

— Los amigos con los que vivo, salieron de casa y hasta ahora no vuelven. Intenté entrar, pero olvidé mis llaves y he llamado a cada amigo que conozco para que puedan acogerme, pero nadie me responde — me da una explicación corta, al parecer, de lo que le ha sucedido.

— ¿Que está diciendo? — pregunta el canario a mi lado, completamente confundido y sin una idea siquiera de lo que el inglés hablaba.

Lo ignoro y me pongo delante de él para poder ser yo la que esté frente a frente con Nicolás.

— ¿Y lograste comunicarte con tus amigos?

— Valentina — vuelve a hablar a mi lado, pero vuelvo a hacer caso omiso.

— Si, dicen que llegarán a casa en dos horas, aproximadamente. — mueve sus manos nerviosas dentro de sus bolsillos, y me siento mal de dejarlo fuera.

Tal vez esto era lo menos apropiado, ¿pero como le decía que se vaya? ¿Y si le pasaba algo en el camino? Ni siquiera sabía hablar muy bien el español.

Miro a mi novio, que está detrás mío, por unos instantes y luego regreso a donde está mi amigo.

— Bueno, puedes esperar aquí si quieres — me hago a un lado para que pase, y luego de pronunciar un "perdón" ingresa al departamento.

Pedri tiene una cara de cuadro ahora mismo. Solo me observa con el ceño fruncido y con notable molestia. Él no había entendido lo que Nicolas me explicó. Era normal que esté confundido.

— Si quieres toma asiento. — le digo, y hace justo eso.

Quedamos a su espalda, y Pedri aprovecha eso para llevarme sujetada del brazo a un lado. 

— Valentina, ¿podemos hablar? — Pedri susurra bajito a mi lado — Por favor. No entiendo una mierda de que está pasando, y no entiendo porque acabas de dejarlo pasar a tu departamento a las once de la noche.

— Ha tenido un problema en donde vive, y no puede ingresar a casa. Y ha venido aquí porque no sabe a donde más ir — le explico rápido y conciso.