O20 ━━━━ ¿y si no?

4.3K 313 26
                                    












( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝘃𝗶𝗻𝘁 )
capítulo veinte


No creo haber dormido mejor alguna vez en mi vida.

Me remuevo cuando siento que a lo que estaba aferrada se mueve. Abro los ojos con pesadez, agradezco que no estén las luces encendidas, y que aparentemente aún no era de día.

Recobro la conciencia segundos después, cayendo en cuenta que a lo que estaba aferrada era el torso de Pedri, y que él se estaba levantando. Al parecer hizo lo posible por no despertarme, pero fue en vano.

— Vuelve a dormir, perdona.

— Está bien. ¿A donde vas?

— Mi hermano me llama, bueno nos llama — se corrige, con una sonrisita — Pero estaba a poco de decirle que estabas dormida. Si no te apetece, o si tienes más ganas de dormir, no tienes que bajar.

Busco mi móvil palpando por el rededor de la cama, hasta que lo consigo. Al levantarlo la pantalla se enciende, y tengo que cerrar los ojos por la luz chocando contra mi retina.

Me fijo en la hora, y ya son las 9 menos cuarto, habíamos estado durmiendo unas dos horas que se sintieron como dos días.

En unos treinta minutos debía de estar saliendo de clases. Quería que todo coincidiera para no levantar sospechas en mis papás y no mentirles.

— No puedo seguir durmiendo. Tengo que irme a casa dentro de poco — suelto un quejido de pensarlo. Me sentía demasiado a gusto ahí, junto a él. ¿Que me está haciendo? — Decile a tu hermano que ahora bajo. Así tengo oportunidad de conversar más con él, ya que no intercambiamos más de cinco palabras creo.

— Vale. Entonces si quieres arréglate, o cámbiate y te espero abajo.

— Está bien.

Antes de irse, regresa sus pasos al borde de la cama, y se inclina un poco para alcanzar dejarme un beso que no dura mucho, pero que tampoco es un simple "pico".

Cuando se separa, inspecciona mi rostro con una sonrisa. Me ponía nerviosa que haga eso, porque me acababa de levantar y debía de verme terrible ahora mismo.

— ¿Ya te sientes mejor? — pregunta, con interés, preocupación y con demasiada delicadeza.

— Si, mucho. Gracias.

— ¿Que tengo que hacer para que dejes de agradecerme por todo? — me hace la pregunta, con una pizca de diversión pero de seriedad al mismo tiempo.

— Tal vez tenes que dejar de ser tan lindo.

— Nah, eso es imposible — río ante su sarcasmo. Se acerca a la puerta de nuevo y antes de salir vuelve a hablar — Tendré que seguir aceptando las gracias — sale de la pieza dejando la sonrisa en mi rostro.

Me estiro un poco, aún con la pesadez del sueño.

Abandono la cama y voy por mi ropa de nuevo. Sabía que si llegaba con otro conjunto a casa, tendría preguntas a las cuales no daría respuestas sinceras.

— Valen — escucho que me llama desde fuera.

— ¿Si?

 𝒞𝒶𝓇𝒹𝒾𝑔𝒶𝓃 ❗️Pedri González Where stories live. Discover now