O11 ━━━━ te besaré

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( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝗼𝗻𝘇𝗲 )capítulo once

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( 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗼𝗹 𝗼𝗻𝘇𝗲 )
capítulo once



— Estamos un poco retrasados.

— ¿Valen volvió a olvidarse algo?

— No siempre es mi culpa que lleguemos tarde, papá — levanto la voz, así puede oírme, ya que yo estaba unos asientos más atrás que mi mamá.

— Tito no quería entrar al avión. Ya sabes que le da miedo — le explica — Hasta que Valen lo convenció, y ahora está recostado en sus piernas, durmiendo.

Dale. Entonces me avisas cuando aterrizan, y cuando estén camino al estadio.

— Dale, amor. Nos vemos. Te amamos.

— Yo más.

Habían veces que se me hacía extraño que mis papás sean el estándar de amor y de relación de casi todo el mundo, pero luego los veo en momentos como estos, y entiendo porque lo son.

Estábamos de camino a Sevilla. Hoy era la final de la Copa del Rey. Me emocionaba tanto ver a mi papá en una final de nuevo y que el equipo tenga la posibilidad de volver a ganar un título. Ya merecíamos una felicidad luego de tanto sufrimiento. Este año no ha sido el mejor que digamos.

Acaricio el cabello de mi hermano menor. Le envidiaba los rulos que se cargaba. Yo había heredado el cabello de mi mamá, pero de tanto tinturarme el pelo y maltratarlo, las ondas desaparecieron.

Busco otra película en la pantalla del avión, habíamos estado viendo una de superhéroes para Ciro, pero se quedó dormido y ya no veía más. Yo no era muy fan, así que, quería ver algo más.

En las opciones veo 50 sombras de grey, e instantáneamente lo primero que llega a mi mente es la noche jugando billar. Casi puedo sentir el toque en la parte baja de mi cintura, como se me erizaba la piel.

Siguiente.

Cambió rápido, y busco otra cosa. Y cuando no encuentro nada, me rindo. Apago la pantalla y me concentro en disfrutar la vista de las nubes por la ventana de mi asiento.

Ya casi había olvidado como se sentía viajar en un avión con más personas. La única vez que lo hacíamos fue cuando viajábamos de Argentina a España cada cuanto. Luego nos mudamos oficialmente a Barcelona y mi vida dio un giro de 180.

De vivir en una casa humilde, donde tenía una habitación pequeña, un patio en el que jugaba, apenas una televisión en toda la casa, a tener prácticamente una mansión de más de 10 hectáreas. Una habitación gigante, una cancha de fútbol integrada en casa, una sala de cine, de juegos, jacuzzi, piscina. Tener un avión para solo nosotros. Eran cosas que se me hacían rarísimas, pero que me acostumbré a tener.

 𝒞𝒶𝓇𝒹𝒾𝑔𝒶𝓃 ❗️Pedri González Where stories live. Discover now