Rusame [Mafia AU]

Capítulo X IV

Finalmente, ambos mafiosos se retiran de la casa. Rusia toma el rostro gringo entre sus manos para besarlo antes de salir y verificar que los hombres de Ucrania efectivamente cumplían su rol de vigilancia total, ya los castigaría por dejar que entrara ese lunático.

Por otro lado, el de lentes oscuros le susurra al alemán ciertos consejos para el chileno, quien veía disgustado la escena desde una distancia considerable, era claro que no quería cerca al alemán mayor, pero su instinto pedía su compañía a gritos y eso lo odiaba, lo hace sentir vulnerable.

Una vez que el omega se aleja, el de afilados dientes comienza a acercarse a su dirección, a lo que decide alejarse sin mirar atrás, chocando con una pared. El mayor no pierde tiempo acorralando al chileno, su omega interior chilla de emoción ante la cercanía, algo completamente diferente en la consciencia del menor.

— Apártate o te saco la... ¡! — siente las grandes manos rojas tocar los lados de su cuello con suavidad, masajeando lo mejor posible esa zona mientras besa la cabeza ajena con paciencia. El omega no sabía cómo reaccionar, nadie le había tocado el cuello de esa forma, es más, nadie le había tocado el cuello aparte de la familia alemana, pero las mordidas sangrantes no cuentan como tocar ¿o sí?

Sin querer, suelta un suspiro de satisfacción ante el masaje, meneando la cola de vez en cuando ante la caricia y besos, su instinto estaba satisfecho y tranquilo.

— Lassen Sie mich bitte die Marke überprüfen (por favor, déjame comprobar la marca) — mira al ojo visible del menor, con un color azul más claro que el gringo sin llegar al celeste, adora esa mirada.

— ... bien, pero atrévete a morderme de nuevo y olvídate de pillarme en tu vida, chupamedia — resignado, lo lleva a un lugar más apartado para seguidamente dar la espalda al alfa y mostrar su nuca oculta por el collar, no se molestaría en quitarse esta, de todas formas el alfa sabe como abrirla. Sintió la corriente de la respiración ajena en su nuca libre del collar, para seguidamente sentir un paño húmedo sacar la sangre seca que se había acumulado.

Una vez "limpio" sujeta en un abrazo al omega para evitar que se mueva demasiado.

— Ich werde die Wunde schließen und dann gehen. Versuche tief durchzuatmen (Cerraré la herida y luego me iré. Trata de respirar profundamente) — no sabía porqué le hablaba en su idioma natal, pero parecía que le entendía porque al terminar la oración ve que asiente sin moverse.

Con cuidado, lame la herida ajena con la mayor cantidad de saliva posible, no sabía cómo hacerlo correctamente, pero lo hacía según su instinto y eso le ayudaba, como también ayuda las reacciones de la cola ajena que le golpeaba la pierna de vez en cuando indicando dolor, sin escuchar sonido alguno del menor.

Se sentía extraño, escalofríos lo recorren de vez en cuando al sentir la lengua ajena en su cuello, era tibio, no se sentía asqueado a cuando fue marcado y eso lo asusta. No podía perdonarlo como si nada a tan solo unas semanas de lo ocurrido, en verdad tenía ilusiones de encontrar a alguien digno de amar y tener cachorros con este, sueño que se rompió cuando aquellos dientes perforar su piel mientras lloraba aterrado. No había notado que lloraba hasta que sintió una lágrima caer hasta un dedo del mayor, siendo notado por este.

— Es tut sehr weh? Es tut mir leid, nur ein bisschen mehr und ich werde dich gehen lassen (¿Duele mucho? Lo siento, solo un poco más y te dejo ir) — su alfa estaba dolido por notar el llanto ajeno, aunque haya sido solo una lágrima, sentía que estaba dañado gravemente.

Cuando apenas nota que la herida comienza a cerrar, siente una horrible presión en el pecho que lo hizo temblar, eran las consecuencias de la marca, gracias a ella es que puede sentir una pequeña parte de lo que siente su pareja en ese momento y viceversa. El alfa se sentía morir, pero no imaginaba cómo ha de sentirse su compañero, solo era una pequeña parte de lo que sentía.