Rusame [Mafia AU]

Capítulo XXX III

— ¿A qué se debe tu visita, URRS? — inicia con calma el alemán.

— Vengo a ver a mi hijo, Rusia — el nombrado responde frío al imperio, levemente impaciente.

Second Reich había hecho todo lo posible para ocultar a los americanos del soviético, siendo el francés el más custodiado en el último piso de aquella estructura, donde ambos dialogan estando en el primer piso.

— Tienes quince ¿por qué justamente el que ya comienza una vida propia? — pregunta indiferente, era obvio que venía a hablar con él principalmente ¿por qué tratar de ocultario?

— ¿Eso importa?

— En realidad, no, pero me importa el omega — nota que sus palabras molestan al ruso, a lo que sonríe con burla—. ¿En verdad vienes por tu hijo, oso rojo?

— No me vengas con tus bromas de mal gusto, imperio. Te respeto solamente por tu ayuda en la guerra contra tu hijo — advierte severo, soltando leves feromonas de molestia—. El omega de mi hijo también es parte de la familia, pero no vine aquí por él. Además de saber de Rusia,  también vengo por ti.

— ¿Vienes a hablar con quien nisiquiera ves como un amigo? Eres cruel — Second se queja con burla mientras saca un par de cigarros, ofreciendo uno al más alto—. ¿Quieres?

El mayor lo recibe sin palabra, utilizando su propio encendedor para quemar ambos cigarros, ignorando la queja anterior. Ambos no se caían de lo mejor tras aquella guerra de mafias, pero al menos había tolerancia suficiente — Vengo a advertirte sobre el jefe del sombrero.

El nombre del inglés le quita la sonrisa al alemán, quien se acomoda en su asiento con los codos en el pasamanos y entrecruza los dedos de ambas manos — te escucho.

— Planea buscar a Francia por medio de la marca, está reuniendo hombres para buscarlo con él — se cruza de brazos con cigarrillo en mano, exhalando el humo mientras hablaba.

El soviético mira fijamente la reacción del imperio, quien sorprendido analiza las palabras del alfa frente suyo. Si lo que decía era cierto, tendría que ocultarlos en otro lado o detenerlo de frente, estaba al borde de una guerra de mafias nuevamente.

— Agradezco la información, URRS. Sin embargo, sigo dudando de tus intenciones al decirme esto — expresa serio, si el soviético sabía de aquella información, debía ser porque estaba relacionado de alguna forma con el de sombrero.

— Káiser, el del sombrero se encuentra desesperado por encontrar a Francia y se está volviendo irracional, incluso pude verlo llorar frente a mí — señala su ojo sano, ignorando el dañado que era tapado por un parche.

El alemán se sorprende al escucharlo ¿UK llorando?

— Imposible... es decir, entiendo la situación, pero Reino Unido siempre fue...

— Un monstruo, lo sé. Pero es un alfa de todas formas, sabemos que lo que ocurre ahora es por su culpa y por eso su desespero... Un desespero que me recuerda a cierto omega — señala disimuladamente a un cuadro a su izquierda, donde se mostraba la familia alemana completa en trajes militares y hace una pausa a seguir fumando.

— ¿cuál es el punto? — Second interrumpe tosco ¿cómo se atrevía a comparar aquel inglés con su hijo?

— El punto es, Francia está bajo tu protección a pedido del omega de mi hijo ¿no? Entonces tú decides si entregar al omega al de sombrero antes de que entre en tu territorio... o pelear con él y arriesgar a tu pareja y cría en camino.

— Pero... — intenta excusarse, pero el soviético se adelanta.

— Ya te lo dije, no va a buscarlo a ciegas, Kaiser, lo buscará por medio del lazo. Esa cosa no se rompe aunque esté débil así que no podrás ocultarlo.- explica hastiado de la terquedad ajena.