Capítulo XXX IV

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Ya era de madrugada, Imperio Alemán llamaba un número mientras sostenía la cintura del chileno, quien dormía tranquilo a su lado, ambos con desnudez oculta por las sábanas.

Esperaba ansioso por ser respondido, no había hablado con ese alfa desde hace bastante tiempo y tampoco deseaba hacerlo, pero era el único que podía hacerle frente al soviético si se lo proponía, era el mafioso más poderoso y nadie lo cuestiona, pero tendía a pedir precios altos por su ayuda y, además, no tenían una buena relación.

Ya estaba por terminar el intento de llamada cuando finalmente escucha una voz desde la otra línea.

¿Diga? — responde la llamada distraído mientras acariciaba el cuerpo de su pareja.

— Soy yo, Second Reich — responde el alemán.

Se escucha silencio desde el otro lado, para que finalmente, una ligera carcajada lo rompa — ¿Por qué el padre traidor de mi viejo amigo me llama esta noche? — pregunta con recelo, alejándose un poco de su omega que lo mira paciente mientras bebe del vino que hay cerca.

— Encontré una manera de recuperar a mi hijo, pero necesito que intervengas cuando te lo pida. Te daré la información necesaria mañana en la noche.

Nuevamente silencio, uno tan asfixiante que desesperaba al alemán, pero un suspiro de la otra línea lo vuelve a la vida.

¿Qué es lo que tienes?

~~~

— ¡México! — llama con esfuerzo, correr no le divertía pero la situación lo necesitaba.

— ¿Y ahora? ¿Qué pasa Arge? — pregunta animado el tricolor, quien hablaba con el brasileño hace un momento.

— Tengo que decirte...

Es interrumpido cuando es besado por el alfa de habla portuguesa a forma de saludo, de todas formas habían comenzado a salir no hace mucho—. Perate un poco, boludo.

— ¿Estás molesto conmigo? — Brasil pregunta un poco dolido, era sensible cuando se trataba del omega de sol.

— ¿Eh? No, obvio no. Pero tengo qu-

— Si tienes algo que hacer, te dejo libre entonces — interrumpe desanimado, pero sonríe al recibir un beso del argentino en respuesta.

— Ugh, estas sensible de nuevo... — se acerca al oído ajeno—. Espérame un momento, ya te compensaré en el cuarto.

Aprovecha el manojo de balbuceos del más alto para pedirle un postre, a lo que el brasileño lo busca gustoso, dejando al par latino a solas.

— Ya sé que no tenemos problemas con las muestras de afecto en público, compa, pero si lo hacían justo ahora en mi cara te juro qu-

— Calla el hocico, gil. Que tengo chisme.

— Uy, de haber empezado ahí — se sienta en un sillón cercano, dando palmadas al asiento a su lado para que el otro se sentará igual—. A ver, suelta.

— Le gustas a Canadá — inicia directo.

— Ya lo sabía — responde indiferente, el canadiense podía ser algo obvio si se le proponía. Además, no tenía problema con eso, le agradaba de cierta forma el trato especial que este le daba, lo cual le estaba conquistando de a poco, aunque no lo admitiría en voz alta.

— Pero tiene a Ucrania de pretendiente, y Canadá no le da bola — se sienta a su lado.

— ... Okay, eso no lo sabía.

— Sé lo que sientes con respecto a Canadá, pero te pido que no seas tan... rudo con él cuando se te declare — pide nervioso el argentino, sabía que el mexicano era muy temperamental, cada cosa lo enojaba si era de su importancia y Canadá era uno de sus mejores amigos. Además, el mexicano no le ha dicho nada sobre estar enamorado.

Rusame [Mafia AU]Where stories live. Discover now