Capítulo X VIII

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— Ucrania, ¿dónde están los hombres? — interroga furioso apenas entra al espacioso sótano debajo de la mansión del ruso, casi como una prisión personal del lugar.

— Están perfectamente inmovilizados en celdas separadas, indefensos y sin posibilidad de ver o hablar, justo como querías — responde inexpresivo ante la mirada rojiza del alfa puro, debía ser profesional ahora, no por nada es el sicario favorito de su padre.

— Bien... necesitaré tu ayuda para esto, ¿padre viene hacia acá?

— No lo creo, Rusia. Tiene bastante que hacer, pero alguien debió hablarle de tu omega — una sombra preocupada cubre el rostro de ambos hermanos.

— A todo esto, ¿cómo sabías que lo estoy cortejando? — interroga desconfiado.

— No lo sabía hasta hace poco, en la madrugada recibí una llamada de padre histérico, no dejaba de gritar sobre ti. Habló de eliminar a tu omega a toda costa — abren una puerta de cuestionable tamaño, casi como para un camión — le dije que no sabía de lo que hablaba y que no estabas, entonces me cortó. Al rato recibo esto por correo.

Muestra las imágenes al ruso, mostrando una foto de aquella vez donde USA coqueteaba con él y este lo apuntaba con el arma, la segunda noche de conocerse.

— Puedo averiguar de dónde fue sacada la foto por el ángulo, pero no podré saber quién la hizo. Esa vez fuiste tú solo ¿no? — pregunta el beta mientras lo guiaba a un pasillo lleno de puertas metálicas, con uno que otro ruido de forcejeo dentro de algunas habitaciones.

— Si, pero el lugar estaba lleno de gente, tendrías que meterte en las cámaras de vigilancia. Muy bien, espero que no hayas comido antes de esto — dice el alfa puro, dando la señal al más bajo de abrir la primera puerta, iba a ser un trabajo largo.

...

Casi todos ya habían sido "interrogados", varios murieron por no saber nada del tema, otros hablaron para salvarse en vano, pero nadie habló sobre el chino y su fuga, Rusia perdía cada vez más la paciencia.

— Solo faltan cinco... espero sacar algo de la basura — murmura el alfa detrás de Ucrania, quien abría la siguiente puerta.

— Quien sea que está aquí, que se pudra.

Un puñetazo es lo que recibe en respuesta por parte de Rusia, haciendo que casi caiga al piso con la silla a la que estaba atado. Ucrania silba ante el espectáculo, era entretenido verlo molesto.

— ¿Planeas hablarle así a tu líder? Pequeña mierda...

— ¿Líder Rusia? — el hombre comienza a llorar, aterrado. Todo aquel que entraba a la mafia miraba las sesiones de tortura del ruso como prueba de advertencia, ya conoce su destino.

— Con qué así te diriges a tus superiores... voy arreglar eso.

Gritos desgarradores resuenan por los pasillos, asustando a los presos restantes y a los pocos que apenas siguen con vida. No había dejado de gritar incluso cuando ya le había arrancado todas las uñas de las manos y pies, solo se calló cuando termina por desmayarse de dolor.

— Aliado, ve a inyectarle adrenalina. Ya no quiero perder más tiempo.

— Por supuesto — responde risueño acercándose al cuerpo inconsciente, enterrando la jeringa en la yugular con precisión, dando en el lugar correcto. Solo unos segundos bastaron para que abriera los ojos de nuevo.

— ¿Ya terminaste de llorar? Apenas empiezo.

— ¡Está bien! Hablaré... — solloza mientras respira con dificultad, no podía calmarse por mucho que lo intentara, estaba aterrado y con un dolor que jamás hubiera podido experimentar — M-me pagaron... y a otros tres conmigo, nos dieron millones por dejar ir a un alfa de piel roja.

Rusame [Mafia AU]Where stories live. Discover now