𝟬𝟬𝟲

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Desperté con una enorme sonrisa debido a los mimitos que mi compañera me daba con sus manitos en la cara, lo primero que ví fue a ella con su mamadera en la mano y sus cabellos todos despeinados. Tenía los ojitos hinchados y estaba acariciando su orejita, supuse que para dormirse de nuevo.

Buen díaaa —le dí un besito en el cachete y me estiré en la cama, mis rodillas sonaron y yo hice una mueca de disgusto. Aunque en realidad había sido satisfactorio.

Buenos díaaasmurmuró Oli poco entendible y reí alegre. Me había despertado de muy buen humor, y por suerte la bebé también.

—Vení hermosa, vamos a cambiar ese pañal todo cochino y después vamos a desayunar —le hice un par de cosquillas solo para escuchar su risita y después coloqué su mamadera en la mesita de luz.

Después de haberle cambiado el pañal, le devolví su mamadera y como no se quiso levantar de la cama prendí la tele para que se distrajera en lo que yo nos preparaba el desayuno y me lavaba los dientes.

Le había pedido permiso a Enzo para darle chocolatada a Oli y como me dijo que no había problema, preparé un poco para las dos y pisé manzana para hacerle puré con un poquito de miel. También le preparé el yogurt con cereal que tanto le gustaba y una donita de chocolate que también tenía permitida.

Cuando llegué a la habitación con la bandeja y Oli vio todos los manjares que íbamos a degustar empezó a removerse inquieta así que me paré en el marco de la puerta y reí.

—Oli amor, si saltas se va a caer toda la chocolatada y no vamos a poder desayunar —expliqué tranquila y pareció entenderlo, porque dejó la mamadera de lado y se quedó quieta.

A veces me sorprendía lo inteligente que podía llegar a ser esta bebé para tener solo tres añitos.

Las dos nos pusimos a comer, todavía me causaba un poco de conflicto acostumbrarme a que Oli odiaba que le dieran de comer, porque ella lo podía hacer sola. Pero igual estaba hecha a la idea de que seguramente en un par de días iba a terminar de acostumbrarme a todos estos cambios nuevos.

—¿Vamos a bañarte? —propuse y ella hizo un puchero en desacuerdo—. Si te bañas, te voy a llevar a ver a papi, ¿Querés?

—¡Papá! —gritó emocionada y sonreí satisfecha.

A veces me costaba bastante lograr que Oli hiciera lo que le pedía pero siempre buscaba alguna que otra forma, agarré a la bebé en mis brazos después de preparar lo que usaría y las dos fuimos al baño para darle un lindo y desestresante baño.

Le puse el agua tibia a pesar de que hiciera calor, lo último que quería era que se enferme así que prefería ser precavida. Como siempre, le puse la espuma que tanto amaba y algún que otro juguetito para que se entretenga mientras que yo le lavaba la cabeza o sino sería imposible.

Fue un baño bastante rápido para mi fortuna así que cuando le termine de secar el pelo le puse un short negro que ella había elegido y la camiseta de Argentina con el número de su papá. Yo había aprovechado la noche anterior para bañarme en cuanto Oli se durmió así que solo me quedaba cambiarme y arreglarme lo más que pudiera la cara.

Me puse un short de jean y la camiseta de Julián, no creía que sea correcta que use la de Enzo porque se podría malinterpretar y no quería que nadie pensara mal de mi así que opté por usar la de Julián. Supuse que sería normal ver a un hincha de river con la 9 de la selección, porque sería sospechoso ver a la niñera de la hija de Enzo con la camiseta de Enzo.

No llegué a hacerme mucho en la cara porque Oli entró al baño tocándose las dos trencitas que le había hecho así que tuve que dejar todo a medias y hacerle upa en cuanto me estiró los brazos.

Sobre Ruedas-Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora