𝟬𝟭𝟲

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—No entiendo, te juro que lo intento pero no entiendo —Julián llevó sus manos a su cabeza con frustración, y yo evité soltar una risita.

La actitud de Enzo no había mejorado en lo más mínimo desde que me senté con Juli para empezar con las clases, él se había sentado al lado del cordobés con Oli y de ahí no se había movido ni para buscar un vaso con agua.

—No pasa nada Ju. Ya te va a salir, no te desesperes —intenté animarlo, con una sonrisa de apoyo.

—Ay Sol, si ni los verbos en español me sé, ¿Cómo me los voy a aprender en inglés?

—Vos vas a ver cómo te sale mejor de lo que te imaginas. No te tires abajo, para empezar —reí, y él se puso colorado—. Ahora, ¿Cuál es la base más importante de los verbos?, ¿Cuál es el verbo principal?

Lo dudo varios segundos y Enzo nos miró con aburrimiento, Oli estaba jugando con el celular de su papá así que no nos prestaba mucha atención.

—¿El verbo to be?

—¡Bien Juli! —aplaudí, ganandome una mirada de Olivia—, ¿Viste que lo que tenés de lindo y talentoso, también lo tenés de inteligente?

Enzo soltó una tos seca y Julián se puso colorado hasta las orejas, no noté lo que le había dicho hasta que repase mis palabras y entonces, yo me sonrojé.

—Bueno, parece que cuando no me distraigo con mi linda profesora sí aprendo algo —respondió él, con su voz tranquila y su sonrojo más controlado. No fue de mucha ayuda para mí, que me puse nerviosa hasta los huesos.

—Oli se hizo caca —habló un Enzo serio, llamando mi atención—. Y yo no sé cambiarla —añadió.

—Ay, tranquilo. Yo la cambio —me levanté de un salto y Oli estiró sus bracitos en mi dirección.

Fui con la bebé hasta la habitación y busqué entre la pañalera su aceitito y el talco, para que no se le paspe la cola. Agarré un pañal y me encontré con una Oli chinchuda de brazos cruzados, reí cuando me percaté de que así se parecía mucho al nuevo Enzo.

—Vení para acá señorita —la agarré de los piecitos, haciéndola reír. Y la estiré para hacerle cosquillas hasta que me dijo que basta y paré, para cambiarle el pañal.

Me puse a tararear una canción para captar la atención de la escurridiza bebé, logrando que por fin se quedara quieta para poder desabrochar su pañal. Fruncí el ceño cuando ví que no había nada en él, pero no dije nada y la cambié de todas formas.

—Seguro te tiraste un pedito y papá pensó que te hiciste caca —le comenté a ella cuando puso sus manitos en mi cara—. Vamos a la sala antes de que nos extrañen.

Fui jugando con las manitos de Olivia y cerré la puerta en silencio para no asustarla como lo había hecho los primeros días, por suerte había aprendido bastante rápido cómo convivir con Oli y la pasábamos de maravilla juntas. Espero que ella disfrutase mi compañía como yo la suya.

Las voces de Julián y Enzo captaron mi atención y no fue una conversación normal, porque el tranquilo cordobés había alzado la voz y Enzo le pedía que se callara. Y aunque sabía que estaba mal hacerlo, me escondí con Oli para escuchar lo que decían.

—Pero si me dijiste que no te molestaba —escuché a Juli decir—. ¿Y ahora qué te pintó?, ¿Por qué te pusiste así de loco?

—Gato estás flasheando posta, no me molesta y estoy preocupado por mi hija no más —le respondió Enzo, en un tono más bajo que el cordobés.

—¿Estás seguro de que no te jode? Porque me estás cagando todos los acercamientos que tuve con ella desde que llegaste.

Hubo un largo silencio en el que hasta yo sentí el sentimiento de suspenso, Oli ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba pasando mientras jugueteaba con la trenza que me había hecho en la mañana.

—Julián, no me gusta tu chica si eso es lo que estás pensando. Hermano, sos mi amigo hace años y tendrías que darte cuenta de eso.

—Por eso mismo te estoy preguntando, Enzo.

—Nunca sentiría nada por Sol ni saldría con ella, es todo lo opuesto a lo que a mí me gusta en una mujer —soltó, seco—. La considero mi amiga porque confío en ella y le tengo cariño, pero no es nada más que eso. Sol no me gusta y nunca me va a gustar, es demasiado...inmadura.

Mordí mi labio inferior, había sentido una punzada en el pecho al escuchar a Enzo. No sabía por qué, tampoco sabía por qué me consideraba inmadura...si pensé que le caía bien al menos.

—No creo que ella sea inmadura, creo que es alguien muy difícil de alcanzar porque es una persona maravillosa —escuché que me defendía Juli—. Pero bueno hermano, perdón por pensar eso.

—Sol es muy buena pero la pueden tomar de boluda por buena, así que más te vale no hacerte el vivo con ella —dijo en tono juguetón—. Y no pasa nada gato, vos sabés que me podés decir cualquier cosa.

Bajé a la bebé al piso y tomé aire cuando me estiró su manito para ir a la sala.

Caminé con ella en silencio y cuando me soltó para ir con su papá y él me dedicó una sonrisa, me senté en mi lugar sin decir ni hacer nada. Enzo me miraba confundido, y Julián me sonreía como siempre mientras que Oli volvía a sacarle el teléfono a su papá.

—Bueno, ¿En qué nos habíamos quedado? —pregunté, pero mi tono de voz hasta a mí me había sorprendido.

—Juli y yo estábamos hablando y dijimos que le podríamos dar una pausa a las clases para ver pelis, ¿Que opinas, Solcito? —me preguntó Enzo, un poco más animado que antes.

—Ah, bueno. Como quieran.

Los dos se miraron extrañados y yo junté las cosas de la mesita para meterlas adentro de una mochila e ir a la cocina, así podría llevar algo para comer con las películas. Le preparé a Oli su yogurt con cereal y llevé otros snacks para los chicos, mientras que para mí agarré una manzana y un poco de yogurt.

—Bueno, ¿Qué vamos a ver? —pregunté sentándome al lado de Juli.

—Oli eligió Barbie, esa de las bailarinas —me informó Enzo, sentandose a mi lado con la bebé a upa.

—Ah.

Juli agarró un puñado de papas fritas y se las llevo a su boca, mientras que yo le pasé el bowl con yogurt a Oli y ella lo agarró felizmente para darle una cucharada a su papá.

Cuando pusieron la película, yo agarré mi manzana y le di un mordisco. Siempre había preferido la verde a la roja, supongo que era por el hecho de que amaba con locura las cosas ácidas, incluso las gomitas o el limón.

—Ey, ¿Estás bien? —preguntó Enzo en un susurro—. Estás muy callada.

—Porque estoy viendo la película.

Sobre Ruedas-Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora