Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capítulo 26: Un beso inesperado

Actualización 2/2

Capítulo 26: Un beso inesperado

Me separé casi enseguida sintiendo mis mejillas enrojecidas.

Creo que eso había sido demasiado.

—Florián... —murmuré escandalizada.

—Lo siento —dijo Florian—, me dejé llevar.

Claro, yo también lo hice en la fiesta de graduación, lo había besado de manera inesperada.

Pero sentía que eran situaciones diferentes, es decir, esto era una fiesta de empresarios y hasta sus padres estaban aquí.

«Santa vacas Nube, esto te pasa por querer causar celos».

Noté como Hades se bajó del escenario dejando el piano abandonado y se perdió entre las personas, ya había finalizado la canción así que probablemente no se dieron cuenta de que Hades se fue molesto. Melisa tapó la falta del teclado cuando continuó otra canción algo desestabilizada, varias personas se habían unido a nuestro alrededor también para bailar.

¿A donde habría ido Hades?

—Nube —dijo Florian captando mi atención otra vez—, es que me gustas mucho.

Tragué pesadamente saliva, Florian me parecía muy dulce y guapo, ¿pero como podía darle toda mi atención si Hades se encargaba de acapararla?

«Ay no».

Negué con la cabeza.

—No puedo. —murmuré sintiendo un nudo en la garganta.

«No puedo seguir engañándote y haciéndote creer que estaré contigo solo porque quiero olvidar a Hades».

Lo hice una vez y no funcionó, jugar con los sentimientos de una persona era lo peor que alguien podía hacer.

Realmente prefería a alguien que me hiciera sentir miles de cosas sin necesidad de forzarlo, necesitaba a alguien que me hiciera sentir todo lo que me hizo sentir Hades alguna vez cuando ni siquiera lo busqué.

«¿Pero como vas a lograr encontrar a otra persona si no te das la oportunidad de conocer a nadie, Nube?»

Tenía un caos interno, todo por culpa de Hades, todo por no saber colocar un muro de indiferencia, todo porque él era mi talón de aquiles.

—Solo sal conmigo 30 días —insistió Florian—, dame la oportunidad de intentar ganarme tu corazón.

Apreté los labios y me enfrenté a su mirada preguntando:

—¿Y si no lo ganas?

Él se encogió de hombros como si no lo considerara una posibilidad.

—Entonces solo te dejaré en paz y seremos amigos —murmuró.

Tragué pesadamente saliva.

«Deberías darle una oportunidad, son solo 30 días».

Tal vez con esos 30 días saliendo con él, acostumbrándome a estar en brazos de otro hombre y sintiendo cosas de manera diferente, pudiera adaptarme a la idea de definitivamente renunciar a Hades.

Porque estaba muy consciente de que nadie sería como Hades Parker, fue mi primer amor, pero lo superaría con un segundo amor.

—Está bien. —murmuré a Florian.