Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capítulo 32: Tu profesor, tu jefe y tu...

Capítulo 32: Tu profesor, tu jefe y tu...

Pestañee un par de veces procesando lo que me dijo, ahora todo empezaba a cobrar sentido con lo que había dicho la mamá de Florian cuando me obligó a bailar con Hades, que él sería mi jefe.

Claro todo ellos encabezaban el proyecto, yo apenas estaba empezando todo esto, siendo una empleada de la empresa, ellos serían mis jefes...

Sentí que mis mejillas oscurecieron su sonrojo y entonces solté una pequeña risa nerviosa bajando la mirada mientras me abrazaba a mí misma.

-Ahora que somos colegas, aún debo seguir diciéndole señor Parker, ¿uh? -murmuré y agregué con sarcasmo-, mi profesor, ahora... mi jefe, ¿qué sigue?

Me atreví a mirarlo, Hades me seguía observando, su rostro con una expresión neutra como siempre; serio cuando respondió mi pregunta retórica diciendo:

-Esposo.

Me quedé en shock por varios segundos, mi cuerpo entero se estremeció y creo que mis orejas y hasta mi cuello enrojecieron, mi corazón latiendo desenfrenado.

«Santas vacas».

Como no, Hades decía apenas una palabra y ya hacía que mi mundo entero se desestabilizara.

Aclaré mi garganta al sentir que me había ahogado con mi propia saliva ante sus palabras y llevé una mano a mi pecho.

«No, Nube, esto ya lo has escuchado antes y no pasó».

Solo eran palabras vacías.

Relamí mis labios y murmuré:

-Te creeré que nos casaremos el día del pavo.

Él frunció el ceño y murmuró sin comprender:

-El día del pavo no existe.

Le sostuve la mirada y dije:

-Exacto.

No entendía si era el perfume nuevo que llevaba puesto que todo el mundo parecía querer casarse conmigo o qué cosa.

Hades me sostuvo la mirada, sus ojos dorados en tonos bronces y verdes casi traspasándome entera haciéndome estremecerme, a Hades no le gustaba que lo tomaran por mentiroso y fue exactamente lo que le dije, pero ya me había ilusionado una vez, y solo me quedé con uno de sus anillos y el recuerdo de una amarga promesa vacía ese día en su oficina de la universidad cuando expresó por primera vez que quería casarse conmigo.

Cuando pensaba eso, me dolía el pecho porque nada de eso sucedió.

-He escuchado por los pasillos de la empresa -dijo Hades de repente- que todos te llaman la prometida de Florian.

Oh.

¿Acaso todo el mundo pensaba eso?

Hades bajó la mirada a mis manos y luego volvió a mirar mi rostro diciendo:

-No veo anillo.

No le dije nada, solo entrelacé mis dedos, para él debía de ser muy evidente que era solo un rumor, pero no quería darle explicaciones porque no se las debía, quería que lo creyera; que pensara que ya me había perdido.

Como ahora recordaba, cada vez que me quedaba callada, Hades hablaba y esta vez no fue la excepción, él continuó diciendo:

-Estoy casi seguro de que te está usando, ten cuidado, no querrás encasillarte a ser la prometida de alguien por presión a un empleo.