Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capítulo 50: No te acerques a ese europeo

Actualización 2/2

Capítulo dedicado a las conejitas: Francely, Jessii y Brendita :D

Capítulo 50: No te acerques a ese europeo

Hades permaneció por unos segundos en silencio solo mirándome, como si intentara analizar si estaba molesta o no, pero mantuve mi rostro inexpresivo esperando su reacción que evidentemente no llegó porque él era muy bueno ocultando sus expresiones; más que yo.

—¿Qué te dijo? —preguntó por fin con curiosidad.

—Algo que parecía ser un código entre ustedes. —expliqué y lo miré atentamente agregando:— Algo como que vio a dos de ellos.

Hades apretó la quijada su ceño ligeramente fruncido.

«Él sabe de lo que Melisa habla».

—¿Están trabajando juntos? —pregunté.

Él se quedó callado.

«Esta ocultando algo».

—No quiero presionarte otra vez —dije tragando pesadamente saliva y di un paso hacia él manteniéndole la mirada—, pero recuerda que el hecho de que me mantuvieras ajena a ti y a tu entorno, solo hizo que nunca funcionara entre nosotros, los secretos...

Sentí mis ojos cristalizarse y continué diciendo:

—Si de verdad quieres que sea diferente esta vez, que te perdone olvidando todo y formar una familia, tendrás que confiar en mí y decirme qué es lo que está pasando con Melisa y a qué ella se refería en esa llamada, Hades.

Él bajó la mirada pareciendo algo vulnerable cuando dijo:

—Lo haré, pero al volver del trabajo —volvió a mirarme—, ya es algo tarde y ese es un tema complicado, ¿está bien?

No.

No estaba conforme, apreté los labios y me iba a dar la vuelta a la puerta, pero él me tomó del brazo deteniéndome.

—Conejita... —susurró.

—¿Como sé que eres real conmigo? —me voltee para enfrentarme a su mirada— ¿Como sé... que esta vez será real?

Él deslizó su mano por mi brazo y tomó mi muñeca para llevarla sobre su pecho encima de donde se supone está su corazón.

—Porque soy real, tócame —dijo—, estoy aquí y no me iré.

Tomé una profunda respiración, ¿como volver a confiar cuando siempre fue así? Siempre me mantuvo ajena.

—Esta vez, será diferente —prometió—. Te lo diré todo al volver del trabajo.

Creo que de igual forma no tenía opción y la idea de volver a su casa después del trabajo realmente sonaba muy tentadora.

—¿Lo juras? —pregunté, él alzó la comisura de sus labios; su sonrisa siendo mi punto débil porque iluminaba su rostro por completo.

Hades alzó el dedo meñique de su otra mano hacia mí, me reí un poco y alcé mi meñique envolviéndolo con el suyo, haciéndome recordar a cuando lo hice hacerlo la primera vez conmigo.

—Lo juro —prometió.

Compartimos una ligera sonrisa y él dijo:

—Vamos.

Empecé a seguirlo hacia la entrada de la casa, de hecho tenía un frente amplio y bien cuidado con dos camionetas enormes que parecían todo terreno enfrente, vaya, debía de gastar mucho combustible.