Capítulo 40: Oscuro hipnotista

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Actualización 1/2

Capítulo 40: Oscuro hipnotista

No pude controlarme.

Todo fue en cuestión de nanosegundos.

Solo pude bajar la cabeza en un mal intento de apartarme de él pero empapé sus lustrosos zapatos negros con toda la cerveza y probablemente todo lo que había comido antes durante el día.

«Ay mierda».

Me quedé en shock procesando lo que había acaba de hacer, mi corazón latiendo desenfrenado, no podía creer lo que había acabado de hacer.

Hades se quedó muy quieto, no se movió, yo por mi parte no quise ni verle la cara de la vergüenza que me cargaba por lo que hice.

«Trágame tierra por favor ¡TE LO RUEGO!».

—Lo sie... —empecé a decir pero tuve otra arcada y me cubrí la boca con mi mano sintiendo que esta pesadilla no había acabado.

Estaba a punto de vomitar otra vez.

Tenía que huir de aquí.

Corrí sin dejar de sostener mi boca con mi mano como si fuera un tapón y esquivando a todo el que me encontraba por el medio entré a un cubículo del baño vomitando.

Joder, como odiaba vomitar.

No debí beber. Bueno, eso era lo que siempre me decía cada vez que bebía de más.

Después de estar un largo rato ahí vaciando mi estómago, salí lavando mi boca y quedándome un largo rato frente al espejo mirándome, mi ojos estaban algo irritados, el maquillaje de pintura fosforescente adornando mi cuerpo, no quería salir de aquí, solo quería irme sin encontrarme con nadie.

«¿Como pudiste vomitarle a Hades Parker, Nube?»

De todas las vergüenzas que había pasado en mi vida, esta era sin dudas la peor.

Estaba muy mareada, sabía que la cerveza tenía mucho grado de alcohol y que tal vez no debí tomar tan rápido pero creo que lo que me afectó más fue ese humo de droga que me dio Florian.

Aquí estaba, siendo el peor terror de mi madre o el de todas las madres, su hija borracha y drogada en una discoteca.

De verdad que no quería salir, pero debía de hacerlo, así que este era mi plan, salir del baño y escabullirme hacia la puerta de salida para tomar un taxi sin ser vista por nadie.

En mi cabeza era un plan magnifico.

Tomé un pedazo de papel del baño para cubrirme el rostro y me llené de valor saliendo del baño para ejecutar mi plan, pero me detuve en seco cuando me topé de frente con alguien, al alzar la vista noté que era el mismísimo satanás.

Mierda.

La pintura dibujaba su piel con colores fosforescentes haciéndolo ver mucho más llamativo, sus ojos dorados resplandeciendo en medio de la escasa luz.

Sentí que el alma se me salió de cuerpo.

—Hades. —susurré.

Él parecía preocupado.

—Nube, ¿estás bien? —preguntó.

Claro, yo lo empapaba de vomito y él me preguntaba si yo estaba bien.

Que fuera un caballero me hacía sentir más culpable.

Miré el papel en mi mano y se me ocurrió una brillante idea de borracha para remediar las cosas.

Eternamente Tuya (#3) (Completa)Where stories live. Discover now