Eternamente Tuya (#3) (Completa)

Capítulo 69: Al que amas es a mí

#Maraton final

Capítulo 69: Al que amas es a mí

—Atenta a mi voz —dijo él y sentí como ahora no podía enfocarme en otra cosa que no fuera su voz—, toda orden que te haya dando cualquier persona queda sin efecto...

—¿Cualquier...? —empecé a decir pero él me interrumpió diciendo:

—Atenta a mi orden, 3, 2... 1

Sentí como una parte de mi cuerpo era liberada, sin entender por qué, sin embargo aún cuando intentaba recordar algo era imposible, solo había una profunda oscuridad.

—Nube...

Ese nombre.

Mi nombre.

Alcé la vista encontrándome con sus ojos dorados, no sabía qué había hecho, pero sabía que había hecho algo importante.

—No temas —continuó diciendo—, Ya ninguna orden dada por Kora te afectará más.

Me tensé al pensar en que me fueran a doler otra vez las articulaciones al mencionar ese horroroso nombre, pero no fue así.

Él me había sacado del transe.

Ahora sabía que podía confiar al menos un poco en Hades y que tenía —al igual que Kora— alguna clase de talento excepcional para manipular a las personas...

—¿Recuerdas algo de lo que pasó antes de aparecer en su casa? —preguntó Hades.

—Tengo fragmentos —admití—, había sangre y no podía mantenerme lúcida o despierta, recuerdo que habían varias personas a mi alrededor en el auto pero luego solo había oscuridad, hasta que ese día que ella me despertó, dijo que aunque no quisiera obedecerla lo tendría que hacer, y así fue, no pude resistirme.

—¿Por qué no intentaste escapar? —continuó preguntando Hades.

Casi quise reírme al recordar lo horrible que fue ese terrible momento.

—Lo hice pero siempre lograba encontrarme —me estremecí— y el castigo era cada vez peor.

Me senté en la cama y pasé las manos por la piel de mi antebrazo sintiendo la textura de los raspones ya cicatrizados que yo misma me hice porque ella me hacía hacérmelos.

Noté que Hades estaba mirando mis pies, miré hacia mis pies, ¿acaso veía mi horrible pedicura?

—Tienes los pies hinchados —comentó Hades.

Oh.

—Siempre me duelen —admití, posiblemente se debía a que estaba casi todo el tiempo parada.

A veces los castigos de Kora eran estar de pie y con los brazos alzados; sin ningún tipo de descanso, eso ocasionaba que se me hinchaban los pies y se me acalambraran los brazos.

Hades Parker volvió a enfocar sus ojos en mí, su mirada intensa cuando susurró:

—Aquí me aseguraré de mantenerte a salvo.

Sentí mis mejillas sonrojarse un poco sin entender una razón para que me sintiera así, es decir, Florian me lo decía y me sentía bien, pero... Hades me lo decía y sentía que él era capaz de quemar el mundo por mí.

Relamí mis labios y noté como sus ojos dorados se enfocaron en ellos.

«¿Sería posible que la atracción fuera mutua?»

Hades volvió a mirar mis ojos y noté como la comisura de sus labios se elevó en una ligera sonrisa que a mi parecer era malvada cuando comentó:

—Nube, te noto algo acalorada.