Capítulo 62: La sirvienta de Kora

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Capítulo 62: La sirvienta de Kora

NUBE QUEEN

Restregaba el piso con un trapo una y otra vez intentando sacarle la mancha a la blanca cerámica manchada de negro a los bordes de la sala pero no lo lograba, no lograba tenerlo todo limpio.

—¿Cómo que salió libre? —se escuchó su voz desde la habitación, ella hizo una breve pausa y continuó diciendo:— Lo sé, no lo creo, cállate. Préstame atención, continua cerca de ellos y mira qué tanto han averiguado, debes avisarme... No tienes recuerdos de haberme visto...

Me daba escalofrío cuando hablaba de esa manera frívola, sabía que ella podía manipular a todos hablando así. Ella salió de la habitación, no alcé la cabeza pero escuché sus tacones resonando por el piso y jadee apartando la mano cuando me pisó con la punta de su tacón para llamar mi atención.

«No grites porque se va a enojar».

Alcé la vista hacia ella sintiendo que estaba temblando, temiendo que como otras veces me fuera a escupir o a darme una bofetada, sus ojos achinados fijos en los míos como dardos a punto de traspasarme.

—Quiero que vayas a comprar al mercado de enfrente unas frutas para mi almuerzo. —demandó.

—Sí, mamá. —susurré y me levanté.

Iba a ir hacia la habitación, pero ella se interpuso en mi camino.

—¿A dónde vas? —soltó.

Me detuve en seco bajando la mirada a mis pies deseando con todas mis fuerzas que no me golpeara.

—A cambiarme de ropa —murmuré, estaba vestida con mi uniforme de falda negra y delantal blanco para hacer los quehaceres, siempre que salía de la casa a comprar me cambiaba.

—No —dijo ella—, ¿acaso te da pena esa ropa de sirvienta? Desde hoy tienes prohibido usar ropa que no sea esta.

¿Qué? Pero es que no llevaba más ropa.

—Pero...

—No hables. —me interrumpió y sus órdenes ocasionaron que no pudiera abrir la boca.

No tuve que mirarla para percibir su sonrisa satisfecha.

—Arrodíllate. —ordenó.

Lo hice lentamente, observando sus botas negras de cuero con una mancha marron por encima.

—Me ensucie —dijo ella—, quiero que lo limpies.

Iba a ir a tomar el trapo que usaba para limpiar, pero ella dijo:

—No.

Alcé la vista y la miré sin entender qué era lo que quería.

—Pasa la lengua —ordenó.

Me resistí no quería, pero todo mi cuerpo me obligaba a hacerlo, de repente ante mi resistencia, ella me agarró del cabello, la venda envuelta en mi frente agravando su dolor en mi cabeza.

—Pasa la lengua por mi puta bota —exigió y me soltó.

Las lágrimas escurrieron por mis mejillas sabiendo que no tenía escapatoria cuando todo mi cuerpo le obedeció inclinándose ante sus botas y apreté los ojos cuando mi lengua se deslizó por toda la mancha; limpiando su calzado.

Ella se rió satisfecha.

—Anda a comprar la fruta pequeña zorra —dijo—, quiero que llegues en 10 minutos, de lo contrario te voy a encerrar.

Me estremecí sabiendo que si me encerraba iba a ser 3 días enteros sin comer nada.

Salí de la casa y me limpié la boca con el reverso de mi mano y las lágrimas que manchaban mis mejillas, el sol estaba intenso pero veía muchos más autos estacionados por las calles del pueblo, que extraño.

Entré a la tienda y me fijé que no había fruta, así que salí para ir a otra tienda, noté que un hombre salió de una de las camionetas que había visto antes, él me miraba, pero solo caminé más rápido entrando a la tienda para comprar la comida, iba contra el tiempo.

Estaba por tomar algunas manzanas que era la fruta que tanto quería ella, cuando de repente me tocaron el hombro, voltee sobresaltándome al ver que era el chico que vi que salió del auto, sus ojos dorados me miraban como si analizara mi cara se me revolvió el estomago y no sé por qué tuve una especie de estremecimiento, aparté la mirada rápidamente y me separé de él algo confusa, y volví a tomar las manzanas para ponerlas en la bolsa, pero él volvió a acercarse a mí y dijo:

—Hola...

Más que un saludo parecía una pregunta.

Lo miré otra vez sintiendo que mi corazón se aceleraba cuando volví a encontrarme con sus ojos dorados, ahora que lo veía mejor notaba grandes bolsas oscuras debajo de sus ojos, parecía cansado.

«Aún así es muy guapo».

En realidad era muy atractivo, no comprendía por qué quería sacarle conversación a una simple sirvienta como yo, pero entre más lo veía más lo asociaba como alguien peligroso.

—Tú... ¿me reconoces? —continuó preguntando, no dejaba de observarme.

«Probablemente solo en mis sueños».

No recordaba haberlo visto alguna vez, y eso empezaba a hacerme sentir incomoda, sentía que estaba en peligro cerca de él.

Mi mamá no me permitía hablar con desconocidos y de seguro que esto me traería problemas.

—No —me limité a decir.

—¿Como te llamas? —insistió.

Fruncí el ceño, ahora que lo pensaba, no tenía un nombre.

—No lo sé —susurré y me voltee para alejarme.

—Pero... —me intentó agarrar el brazo, apenas el tacto de sus dedos hicieron contacto con la piel de mi brazo, me sobresalté al sentir una electricidad recorrerme, mi respiración agitada y los latidos de mi corazón desenfrenados.

Ese sentimiento me hizo entrar en pánico, no entendía lo que estaba pasando.

—Espera —dijo pero no le hice caso.

Me solté de su agarre y empecé a correr lejos de la tienda, sin embargo el hombre empezó a perseguirme corriendo detrás de mí.

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OMG!!!!!!! Jajajajajjaj agaaaarrraaaalaaaa Hades que no se te escapeeee jajajajaj recuerda votar :D

Eternamente Tuya (#3) (Completa)Where stories live. Discover now