Capítulo 33: Cayendo en el dulce infierno

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Capítulo 33: Cayendo en el dulce infierno

Jadee de la impresión porque fue como si de repente el instante se empezara a mover más lento, donde los segundos no avanzaran, como si el tiempo se hubiera congelado por completo entre nosotros, sus ojos dorados fijos en los míos con esa ligera sonrisa en sus labios que me fascinaba, mientras algunos botones de mi camisa volaban hasta estamparse contra el suelo en el momento que me la abrió.

Y me rendí ante él.

Caí enteramente rendida ante el placer que parecía ser infinito, lanzándome a los brazos del dulce infierno que tanto me quemaba, me consumía y me hacía sufrir, Hades Parker mi infierno personal donde me quemaba gustosa y feliz.

Su boca fue a mi cuello, erizando mi piel cuando sus labios calientes hicieron contacto con mi piel fría, puse los ojos en blanco echando mi cabeza hacia atrás, cuando apretó mis pechos sobre el sostén con sus enormes manos y me bajó el sostén de un tiró exponiéndolos y sin perder tiempo su lengua empezó a jugar con mis pezones, acaricié su cabello arqueándome contra él, necesitando que su boca estuviera en todos los lados de mi cuerpo.

En este momento empezaba a recordar que siempre amé todo lo que me hacía y como me tocaba, porque él sabía exactamente cómo o qué hacer.

Me sentía desesperada y tan caliente como el mismísimo fuego ardiente de un incendio, empecé a desabrochar el cinturón de su pantalón queriendo desatar a la bestia endurecida que se escondía allí, pero Hades pareciendo ser un reflejo de mi desespero, me tomó de la cintura y me subió encima de una de las máquinas de fotocopiado esta comenzó a hacer ruido; de seguro estaba presionando accidentalmente uno de los botones, pero no me importaba.

Nada importaba.

Sus manos fueron a mi cremallera para abrirme el botón y bajarme el cierre, abrí las piernas completamente gustosa ante él aceptando que me tocara, mi nariz rozando la suya, nuestros alientos mezclándose de manera descontrolada, la punta de sus dedos rozó mi abdomen y empezaron a descender hacia mis bragas, mordí mis labios ante la anticipación de que me rozara y probara mi humedad con sus dedos, cuando de repente se escuchó un golpe a la puerta que fue como el agua fría que nos hizo detenernos en seguida.

Mierda.

—¿Hola? ¿Está cerrado? Escucho ruido dentro.

Un momento.

¿Esa era la voz de Florian?

Intentaron abrir la manilla pero Hades había cerrado la puerta antes... por suerte.

Mierda, mierda, mierda.

¿Qué iban a pensar de mí si me veían en estas condiciones el primer día de trabajo?

Iban a despedirme y de seguro no me darían una buena referencia para cuando quisiera conseguir trabajo en otra parte, ¿como vería a Kim nuevamente a la cara? ¿a sus padres? ¿a todo el mundo en general?

No, joder, esto era muy malo.

Me bajé de la maquina tan rápido que caí al piso de frente, pero por suerte me sostuve de los brazos antes de golpearme la cara, Hades intentó ayudarme pero le susurré que estaba bien y gatee para ocultarme detrás de la maquina, miré muchos papeles esparcidos en el suelo y ahogué una exclamación.

Todos eran papeles con mi culo impreso, de seguro me senté sobre el escaner y el ruido que hacía eran las copias que empezaban a sacar.

«Muy mal, todo mal».

Eternamente Tuya (#3) (Completa)Where stories live. Discover now