Capítulo 6

141 15 149
                                    

¡Pelea, pelea, pelea!

Hoy es el primer día de clases y como es habitual, nuestros tres amigos están reunidos en el parqueo a la espera que comience el turno inicial.
Silver fuma mientras Lo, sigue presionando a John para qué le cuente su aventura del jueves. Tres días han pasado y todavía no ha soltado prenda. Debe ser un récord.

A lo lejos se acercan dos chicas y a juzgar por la cara de asco que ha puesto el fumador, la cara de fastidio del rubio buenote y el entusiasmo muy mal disimulado de Logan, quienes llegaban no podían ser otras que Naty y Robin.

—Qué cuenta mi tríada dialéctica favorita—espetó Natasha al tiempo que intentaba darle un beso a su novio, pero este le esquivó las intenciones sin preocuparse siquiera de que todos lo observaban.

Logan le pasó el brazo por la cintura a la morena, atrayéndola con delicadeza hacia él.

—Princesa Mononoke, me puedes explicar qué quiso decir la señorita, que no entendí si habló en español—le susurró.

—Supongo que esté hablando de los tres momentos del proceso de desarrollo de la dialéctica: tesis, antítesis y síntesis, o sea, afirmación, negación y negación de la negación.

—¿Eso fue un cumplido o nos acaba de ofender?—preguntó Lo aún más intrigado que antes y fue enseguida a aclarar sus dudas con Naty, de otra forma no se concentraría en clases.

Robin se quedó viendo cómo su amigo de pelo largo tomaba del brazo a su mejor amiga y la hacía borrar en dos segundos la mueca tristona que se le había quedado tras hablar con su novio, en el breve tiempo que este le dedicara.

Ella también sonrió. Pero su sonrisa se ennegreció cuando la sombra de Silver la privó del sol que hasta ese momento, le estuvo acariciando la espalda.

—No puedes evitar hacerte la sabelotodo delante de los demás cierto—dijo soltando la última bocanada de humo y aplastando la colilla en el suelo con excesiva rabia.

—Hubieras hablado tú. Con gusto te habría dejado explicar. Aunque estoy segura que habrías respondido que se refería a los Tres cerditos. ¿Me equivoco?—contestó ella mirándolo a los ojos desafiante.

—Vete a la mierda—recusó él demasiado cerca de su cara, tan cerca que sintió el olor a menta de la goma de mascar que siempre se llevaba a la boca apenas terminaba de fumar.

—Todavía no sé dónde vives—refutó ella, y salió enseguida tras Lo y Naty, un poco que huyendo de la mirada asesina que Silver acababa de dedicarle.

—Ya quisieras que te invitara a mi casa, pero mejor ve olvidando la idea—gritó él, aunque ponía en duda que lo hubiese escuchado, pero ni loco se quedaba sin decir la última palabra, menos frente a aquella indeseable. Eso jamás.

****

Robin y Natasha almorzaban juntas todos los días después de clases, y en esas estaban. Entre bocado y bocado la morena le reprochaba a la rubia de ojos color azul turquesa su comportamiento de la mañana.

—No sé cómo es que todavía lo aguantas. Te humilla Nat, ¿es que no lo ves?—le dijo tratando de parecer severa, pero sin lograr amedrentar a su compañera que seguía impasiblemente devorando su ensalada, como si con ella no fuera.

—A ti Silver también te humilla y eso no ha hecho que dejes de sentir cosas por él, ¿o sí?—resopló Natasha.

—La diferencia es que yo me defiendo, contraataco, tú no, te quedas callada recibiendo cada insulto, cada maltrato, cada desplante, cada ignominia, como si las aceptaras, como si las merecieras.

El secreto de sus juevesWhere stories live. Discover now