🔞 Capitulo 12🔞

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Wei Ying intentó apartarlo poniéndole las manos en el pecho, empujando para sacárselo de encima. Quería detenerlo, decirle que el era virgen. Tenía miedo. Él podía matarlo con algo así, podría desgarrarlo.
Wangji palideció al sentir las manos de el sobre su cuerpo, a la altura de su corazón. No había sido una caricia, sino un movimiento de rechazo absoluto, pero el contacto de sus manos sobre su piel lo bloqueó.
-No -le dijo él con voz peligrosamente dócil y respirando nervioso. Las manos le quemaban.

-No me toques...
Le agarró las muñecas, cogió el cinturón del pantalón que había dejado sobre la cama y con
brusquedad, le ató las muñecas a los barrotes de la cama. No quería el contacto de sus manos
para nada. Eso lo debilitaba y le hacía perder el norte. Y no quería preguntarse por qué.
-No quiero que me toques... -hizo los nudos con fuerza. -Yo me encargaré de ti, pero no me
toques -no soportaría esas manos culpables de matar a su mejor amigo encima de su piel.

El soltó un grito seco al sentir la presión en la muñeca. Empezó a temblar. Lo había inmovilizado. Ahora sentía más miedo que en todas las horas anteriores desde que lo vio en su habitación. Sí que era cruel. Había perdido toda la bondad del niño que el quería ver en su cara.
Entre Guangyao y él no había diferencias. ¿Por qué había creído que sí las había?
- Wangji -dijo el apretando la mandíbula. -Estoy atado. Será mi pri... primera vez -le suplicó piedad con los ojos.

Wangji dejó caer las manos a cada lado de la cabeza de Wangji y se echó a reír con ganas. Cada carcajada se clavaba en su alma inocente.
-Serás mentiroso -contestó él mirándolo con rabia. -¿A quién quieres engañar? Sales con
ese tipo, Wen Xu -lo dijo con tanto asco que él mismo se sorprendió.
Wei Ying se asustó cuando él pronunció su nombre.

-¿Intentas ponerme cachondo con eso de que eres virgen? Cada noche te abres de piernas
para él, pero él... -rozó la hendidura de el de arriba abajo con la cabeza de su pene- él no es como yo.
Wei Ying se tensó ante esa caricia atrevida y Wangji frunció el ceño.
-Si de verdad eres virgen, déjame entrar en tu cabeza para verlo.
-Enséñame cómo podría hacerlo... -estaba desesperado. -Yo quiero dejarte entrar pero tú no puedes y no sé por qué...

Wangji lo escuchaba mientras seguía frotándose contra el. La textura de Wei Ying le hacía perder la cabeza. Intentó concentrarse en el de nuevo y entrar en su mente. Pero de nuevo, la puerta estaba cerrada. Era un muro de hormigón enorme lo que les separaba.
-Ya no te doy más oportunidades -afirmó con frialdad, irritado por no poder entrar.

-No, Wangji... Wen Xu es... es mi...
-Ya sé lo que es... -le gritó. -Lo sabemos todo sobre ti. ¿Por qué no le pides ayuda a él
ahora? -hundió su cara en su pelo e inspiró profundamente. -¿Vendría a rescatarte?
Wei Ying sentía un ardor profundo a la altura del ombligo, y bajaba hasta concentrarse allí donde él lo rozaba.
-Si se la pidiera, él vendría, porque es mucho más hombre que tú... Pero tú le matarías. Y su
vida vale más que la tuya, te lo aseguro, pedazo de animal... -gritó el.

Wangji volvió a levantar su cara para mirar su boca. Había decisión en esos pozos verdes que lo vigilaban. Está defendiendo a otro hombre. Odiaba oír aquello. Odiaba ver que Wei Ying protegía a otro con tanta vehemencia.
-Que la mía, seguro -se colocó de rodillas entre sus piernas. Deslizó sus manos por debajo de
sus caderas, las levantó apretándolas con ansia y él acomodó la punta de su pene en su entrada.
-Y que la tuya también. Pero te aseguro que no vale más que la de Zi Xuan ni que la de los hijos de Beatha. Ojo por ojo.

Con un movimiento directo y seco lo penetró de una sola embestida. No por completo. El era
muy estrecho y, además, se había encontrado con una sorpresa en el camino que había hecho
retroceder la penetración, pero que había logrado derribar con una fuerte presión.

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Where stories live. Discover now