Capitulo 24

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Zi Xuan le habría confiado la vida de su hijo si las cosas hubiesen ido de otro modo. Él había
traicionado su confianza, pero lucharía por enmendar la situación.
Si Zi Xuan le hubiese presentado a Wei Ying en otras circunstancias, Wangji se habría arrodillado ante el y habría suplicado una oportunidad. Pero los sucesos se habían precipitado uno detrás de
otro, habían escapado de su control para pasar al control de todo el mundo. Había estallado una contienda de intenciones, una guerra de poderes entre el uno y el otro, estimulados por el odio, el rencor y los deseos de venganza. Wei Ying estaba dolido y quería hacérselo pagar. Y si eso era una guerra, él no tenía escrúpulos e iba a luchar con todas las armas disponibles. Iba a luchar por el.
Lo seduciría como no había hecho antes.

Wei Ying estaba apoyado de espaldas en el tótem del bosque de su abuelo. Había encontrado en ese lugar un centro de meditación y de calma. Pasaban demasiadas cosas a su alrededor y, aunque lo asimilaba todo con naturalidad, como si realmente lo llevara en los genes, necesitaba pensar y entender los sucesos acaecidos.
Jugueteaba con una piedra entre sus dedos. La hacía rodar sobre ellos de un extremo a otro.
Recordaba la conversación que esa misma mañana había tenido lugar en el salón de Feng Mian, mientras desayunaban.

—¿Qué tengo de berserker, abuelo? —había preguntado mientras mordía un panecillo
untado con mantequilla y mermelada. —No puedo transformarme como tú.
Berserkers tienen otro tipo de dones que nada tienen que ver con la transformación guerrera —le había explicado Feng Mian. —No os podéis transformar como nosotros por consecuencia de la hibridación con los humanos. Odín no creó mujeres berserkers. Así que todas las hembras que hay son producto de la hibridación con los humanos.

Nosotros nos convertimos
en monstruos depredadores, sólo los hombres de nuestra especie. Tu no. Y aunque la
habilidad para la guerra no está en vuestra naturaleza, eres resistente, veloz, ágil y fuerte y
además, tenéis otro fantástico don ere una mezcla de dos razas sobrenaturales .
Wei Ying se atragantó cuando su abuelo le quiso hablar sobre sus gustos.

—¿Te avergüenza hablar de estas cosas conmigo, cielo? —dijo Feng Mian ocultando una sonrisa en la voz.
—Me extraña un poco —aclaró el antes de tomarse un sorbo de zumo de naranja. —Por
favor, continúa.
—Eres un chico hermoso. Llamarás la atención masculina allá donde te presentes.

Querrán cortejarte, querrán aparearse contigo.
—No me hables como si fuera un animal —dijo el mirándolo con sus ojos lila y sus oscuras
cejas ligeramente arqueadas por encima de la taza. —No lo soy.
—Eres un humano con instintos salvajes y animales, Wei Ying. Destilas tu aroma por todos tus poros. Si te lo propusieras, serías capaz de postrar a todo un ejército de hombres a tus pies. En teoría, un berserker entra en celo sólo una vez al año, pero tú... —se aclaró la voz.

—Creo que sí que me da vergüenza hablar contigo de esto —dijo Wei Ying sonrojado. —No sé si es mejor que lo dejemos...
—Pero tengo que explicarte qué es lo que te está pasando —repuso Feng Mian con gesto firme. —Esto son cosas naturales y yo soy tu única familia ahora.

—Está bien, está bien... Bueno —mordió otro panecillo. Tenía un hambre voraz e insaciable. —
Entonces, como también tengo genes vanirios, ergo también puedo ser una excepción, ¿verdad?
alzó las cejas en gesto interrogatorio. —Ya hemos descubierto que no me puedo transformar, puede que no entre en celo tampoco como debería.
—Así es. Pero, en fin, eso ya lo hablaremos más adelante, cuando... — hizo un gesto nervioso
con la mano.
—Cuándo...hables con los vanirios
—Sí, eso.
Wei Ying se acomodó en la silla y saboreó con ansiedad todo lo que probaba su boca.
—Serás territorial y muy posesivo cuando encuentres a tu macho alfa. Pero la intensidad de esas emociones no tiene por qué asustarte. A los hombres de la manada, les encanta ese aspecto
de sus parejas.
—Aha. Aquí sois todos unos salidos — Feng Mian se echó a reír.
¿Territorial y posesivo? ¿El? No lo creía.

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Where stories live. Discover now