Capitulo 20

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Lo que intentas decir es que hubo una división entre la raza berserker, cuando os hibridasteis
con los humanos, ¿verdad?
—Inclúyete, cariño—susurró el moreno. —Tú también eres de los nuestros —Nei Mingjue... —le advirtió Feng Mian.

Wei Ying lo ignoró por completo y siguió hablando con su abuelo. —La hibridación hizo posible que Loki pudiera influir en los hijos de los berserkers debido a su naturaleza humana, más débil, ¿no es así? Feng Mian asintió.

—Loki mutó a los descendientes de los berserkers que se unieron a él y los transformó en auténticos monstruos. Esos son llamados los Dona-madadh o lobeznos, auténticas abominaciones salvajes en forma de lobos. La humanidad debe temerlos a ellos, no a nosotros. Nosotros somos buenos, Wei Ying. Quiero que lo entiendas y que no temas a lo que eres —tomó sus manos y se las apretó impregnándole fuerza y valentía.

—No es fácil comprender... —dijo el confuso. —¿Y estos Dona-madadh están ahí afuera
acechando a los humanos?
—Sí, cielo. Se alimentan de ellos. Están a las órdenes de Loki, son sus creaciones, igual que los nosferátums.
Wei Ying tragó saliva y asintió.
—Repetídmelo otra vez... ¿Vosotros estáis aquí para proteger a los humanos de estos seres?
—Sí. Intentamos aplacarlos y que no hagan más daño del que han hecho ya a la humanidad.

—Pero, de momento, estamos peleando aquí por tus amigos. Ellos merecen una oportunidad.
—Y... ¿os lleváis mal con los vanirios?—era más una afirmación que una pregunta.
—Somos incompatibles.
—No sois tan incompatibles como para no tener hijos entre vosotros —comentó el afilando
las palabras. El era una prueba de su teoría. —Y nos sorprende.
—Y dime, abuelo Feng Mian —su tono era algo desafiante, —¿qué piensa la manada de mí? Si tanta aversión tenéis a los vanirios... Mi padre, Zi Xuan, era uno de ellos... ¿Yo también os resulto
repulsivo?

—Tú eres mi nieto, Wei Ying... —golpeó la mesa con el puño y se puso de pie. —Y mataré con mis
propias manos a aquél que te insulte o te haga daño... Empezando por Wangji y el clan de Dudley.
Huaisang y Mingjue se colocaron detrás de él y cruzaron los brazos. Con ese gesto le dieron a entender que ellos también serían sus protectores y que querían venganza.
Wei Ying se acongojó y luchó por controlar las lágrimas. Odiaba ser tan emocional.

—No creo que sea conveniente luchar contra ellos —titubeó Wei Ying. Aunque bien se merecían un castigo ejemplar, sobre todo Wangji.
— Wei Ying, tú eres de los nuestros y debes saber que quién hace daño a uno de nosotros, lo acaba pagando —comentó Huaisang mirándolo fijamente.

—¿Qué te hizo Wangji? —preguntó Mingjue como si fuera un inquisidor.
Wei Ying se puso rígido. Apartó la mirada de los ojos dorados de Huaisang y apretó la mandíbula.
—Lo hecho, hecho está. No quiero que nadie se haga daño.
Feng Mian negó con la cabeza a su nieto.

—No, cielo. Creo que no lo entiendes. Hoy mismo vamos a por él.
—Lo defiendes, Wei Ying —dijo Huaisang con tono acusador. De repente abrió los ojos y sonrió
incrédulo. —¿Es él verdad? ¿Él te ha marcado así?
—Basta... —gritó Wei Ying. No quería recordarlo, no quería pensar en él.
Wei Ying, espera — Feng Mian lo miró fijamente. —Es cierto que han desaparecido muchos berserkers en los últimos dos años, pero lo atribuimos a pleitos con los vanirios. Los cuerpos que encontrábamos olían a ellos, no a humanos ni a lobeznos. No tiene por qué significar que...
—Pero no es así —reprochó el. —Se están aprovechando de vuestras diferencias para haceros creer que seguís en guerra los unos con los otros y mientras ellos siguen limpiándose las manos.

Estas sociedades se han unido con los nosferátums y los Dona-madadh, o lobeznos o como sea que se llamen, para encontraros y reteneros. No digo que de repente os hagáis amigos íntimos de los vanirios, pero sí que formemos una buena empresa entre nosotros. Puede que sea el único modo de detener a estos cazadores y averiguar lo que hay detrás de ellos. Tenéis que hablar de esto. Hay que hacer algo...

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Where stories live. Discover now